En 2012, llegué a Shenzhen para trabajar, y tres años después comencé a involucrarme en el mundo de la encriptación. Hoy en día, tengo dos propiedades y dos coches de lujo en Guangzhou: un Land Rover y un Mercedes. Cada mes tengo 100,000 yuanes de dinero libre para gastar, mientras que la mayor parte de mis activos sigue operando en el intercambio.
Llevar años trabajando en el intercambio me ha permitido superar la fase inicial de emoción. Ahora, la volatilidad del mercado ya no provoca en mí altibajos emocionales excesivos. Sin embargo, los desafíos que conlleva este trabajo siguen existiendo
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