La economía clásica nos enseña que el dinero se gasta de manera más desperdiciada cuando estás asignando fondos de otras personas a individuos con los que nunca te encontrarás. Ahí radica la ineficiencia fundamental: cuando el gastador no está personalmente involucrado en el resultado, la responsabilidad desaparece. Es una forma elegante de describir el problema estructural de las grandes instituciones centralizadas que gestionan recursos públicos. La desalineación de incentivos crea una cascada de decisiones pobres, y por eso muchos en el espacio cripto creen en sistemas descentralizados donde la responsabilidad está incorporada en el propio protocolo.