En medio de un panorama económico global que enfrenta nuevamente riesgos de inflación y deuda, el autor de “Padre Rico, Padre Pobre”, Robert Kiyosaki, ha vuelto a captar la atención del mercado. El 10 de noviembre de 2025, reiteró su objetivo de precio para Bitcoin en 250,000 dólares y reveló que continúa aumentando sus posiciones en oro, plata, Bitcoin y Ethereum para cubrir posibles recesiones.
Este inversor de renombre citó la perspectiva del economista Jim Rickards sobre el oro y el análisis del analista de Fundstrat, Tom Lee, sobre Ethereum, destacando que sus decisiones de inversión se basan en la Ley de Gresham (la moneda mala desplaza a la buena) y en la Ley de Metcalfe (el valor de una red es proporcional al cuadrado del número de usuarios). Sin embargo, los datos en cadena muestran un escenario complejo: la relación MVRV de Bitcoin se ha elevado a 1.8, lo que indica potencial de rebote a medio plazo, pero el precio sigue por debajo de los 112,000 dólares, el coste de los poseedores a corto plazo, sugiriendo que la confianza del mercado aún no se ha recuperado por completo.
Narrativa macroeconómica y lógica de refugio
Desde una perspectiva macro, la teoría de Kiyosaki sobre la depreciación de la moneda fiduciaria no es infundada. La deuda total de EE. UU. superó los 37 billones de dólares en 2025, y el aumento del déficit fiscal impulsa al mercado a reevaluar el valor de la moneda y el papel de los activos refugio. Los gastos por intereses de la deuda estadounidense representaron el 28% de los ingresos federales, una presión estructural que obliga a los bancos centrales a mantener políticas monetarias acomodaticias. Según la Ley de Gresham, a medida que el poder adquisitivo del dólar se deteriora, los inversores tienden a mantener Bitcoin, cuya oferta limitada, y esta lógica ha llevado a que en 2024-2025 la proporción de asignación institucional pase del 3% al 7%.
Al mismo tiempo, la Ley de Metcalfe citada por Kiyosaki proporciona una base matemática para la valoración de Bitcoin. Con un aumento exponencial en el número de usuarios de la red, el valor total de la red crece, validando el efecto de red a largo plazo de las criptomonedas. El número de direcciones activas en Bitcoin alcanzó los 120 millones en 2025, un aumento del 40% respecto a 2024. Según el modelo de Metcalfe, el valor de la red debería ser de 18 billones de dólares, lo que correspondería a un precio por moneda de 850,000 dólares, muy por encima del nivel actual. Sin embargo, los críticos señalan que este modelo no considera la reutilización de direcciones ni las direcciones en exchanges, por lo que una valoración ajustada estaría en el rango de 8 a 12 billones de dólares.
Además, Kiyosaki apuesta fuerte por el papel de Ethereum en el sistema de pagos global, considerando que su capa de liquidación con stablecoins será el motor principal de la próxima revolución financiera digital. Actualmente, el volumen en cadena de stablecoins en Ethereum alcanza los 167 mil millones de dólares, procesando aproximadamente el 5% del flujo de pagos transfronterizos globales. Este valor práctico respalda la prima de Ethereum respecto a Bitcoin como reserva de valor, aunque la incertidumbre regulatoria aún limita la plena valoración.
Interpretación técnica de indicadores en cadena
En el análisis en cadena, la relación MVRV se ha convertido en un foco de atención. Actualmente, se encuentra en un rango relativamente saludable, sugiriendo que la oportunidad de un rebote a medio plazo aún está presente, pero sin indicar un sobrecalentamiento del mercado. La lectura de 1.8 se sitúa en el percentil 65 del rango de valoración histórica, y en los últimos tres ciclos similares, un nivel así ha llevado a un aumento promedio del 35% en 90 días. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en noviembre de 2021 alcanzó 3.2 antes de tocar techo, lo que indica que en mercados alcistas extremos puede seguir subiendo.
Un análisis adicional de la estructura de costos de las posiciones revela que el mercado aún está en una fase de consolidación. Los inversores a corto plazo, en promedio, están en pérdidas, lo que indica que las nuevas entradas aún no han sido significativas, mientras que los poseedores a largo plazo siguen construyendo una base sólida. Los inversores con posiciones inferiores a 155 días tienen un coste promedio de 112,000 dólares, y el precio actual por debajo de ese nivel implica que los inversores recientes en los últimos seis meses están en pérdidas. Esta estructura suele asociarse a fases de consolidación, como en 2019 y 2023, que duraron entre 4 y 6 meses antes de una ruptura. Los poseedores a largo plazo tienen un coste de solo 38,000 dólares, lo que proporciona un fuerte soporte, aunque también puede generar presión vendedora en caso de corrección.
Desde la perspectiva de distribución de fondos, la liquidez en cadena de Bitcoin muestra una estructura clara de soporte y resistencia. Los niveles clave de compra en torno a los 100,000-105,000 dólares concentran a 420,000 direcciones con 850,000 BTC, formando una sólida zona de soporte. Por otro lado, los niveles de 120,000-125,000 dólares representan áreas de concentración de posiciones apalancadas largas, cuya ruptura podría desencadenar un rebote de cortos. Esta estructura indica que el mercado está en la fase final de un triángulo simétrico, y la dirección de la ruptura está por definirse.
Estructura del mercado y flujo de fondos
A nivel institucional, los datos recientes muestran cambios sutiles en la asignación de activos. Aunque la posición total en Bitcoin ha aumentado, el flujo de capital se está desplazando gradualmente desde EE. UU. hacia regiones con regulaciones más favorables. Las compras de empresas en el tercer trimestre crecieron un 12%, pero el nuevo capital se está canalizando principalmente a través de exchanges en Canadá y Europa, reflejando la incertidumbre regulatoria en EE. UU. Esta redistribución geográfica ha llevado a que los exchanges estadounidenses tengan su menor stock de Bitcoin desde 2020, lo que podría afectar la eficiencia en la formación de precios.
El mercado de derivados también muestra una tendencia de racionalización. La reducción en las tasas de financiación y en la concentración de posiciones ha disminuido la volatilidad, sentando las bases para una nueva tendencia. La tasa de financiación de contratos perpetuos se mantiene en torno a 0.008%, sin mostrar los picos de sobrecompra alcista de 2024. La distribución de contratos de futuros también es más equilibrada, con una disminución en la concentración de las mayores posiciones de los traders principales, que pasó del 35% al 28%, reduciendo riesgos de manipulación por parte de una sola entidad.
Por último, los flujos en fondos cotizados (ETFs) aportan otra señal positiva. La entrada neta continua en ETFs de Bitcoin en mercado spot refleja confianza institucional, y la existencia de diferencias de precio entre mercados puede actuar como catalizador para movimientos alcistas a corto plazo. Los ETFs en EE. UU. han tenido 17 semanas consecutivas de entradas netas, con un patrimonio que supera los 120 mil millones de dólares. Además, los fondos en Europa y Canadá muestran descuentos, lo que podría atraer capital de arbitraje y potenciar la próxima subida.
Factores de riesgo y escenarios
No obstante, los riesgos persisten. Cambios en políticas macroeconómicas, fallos en los aspectos técnicos y la incertidumbre regulatoria pueden afectar la trayectoria de Bitcoin. Si la Reserva Federal vuelve a subir tasas para combatir la inflación, podría presionar la valoración de los activos de riesgo. Datos históricos indican que un aumento de 1 punto porcentual en la tasa de interés real reduce en promedio en un 18% la valoración de Bitcoin. Actualmente, la tasa real es del 1.2%, cerca de un umbral crítico.
En el plano técnico, hay señales de posible fallo. Si el precio cae por debajo de los 98,000 dólares, podría activarse una oleada de ventas por parte de sistemas algorítmicos, con objetivos en torno a los 78,000-82,000 dólares. En ese escenario, la relación MVRV podría caer a 1.3, acercándose a niveles de mínimos de mercado bajista históricos.
Aunque la probabilidad de un evento “cisne negro” regulatorio es baja, su impacto sería significativo. Si la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) clasificara a Bitcoin como valor, podría desencadenar caídas superiores al 30% en el corto plazo. Aunque la probabilidad es inferior al 5%, el coste de protección en opciones ya refleja un valor de posición equivalente al 3% del valor total.
Conclusión
La predicción de Kiyosaki de 250,000 dólares combina una profunda crítica al sistema fiduciario y una firme creencia en el efecto de red de las cadenas de bloques. En un contexto de creciente incertidumbre macroeconómica, la escasez de Bitcoin y su valor en red constituyen soportes a largo plazo, pero los indicadores técnicos y en cadena sugieren que el mercado aún necesita tiempo para digerir las ganancias previas. Los inversores deben aprovechar la tendencia, pero también mantener una gestión de riesgos activa, equilibrando beneficios y peligros mediante una adecuada gestión de posiciones y coberturas en derivados, para avanzar con prudencia en esta colisión histórica entre finanzas tradicionales y activos digitales.
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Roberto Kiyosaki reafirma que Bitcoin subirá a 250,000 dólares, mientras aumenta sus compras de oro, plata, Bitcoin y Ethereum
En medio de un panorama económico global que enfrenta nuevamente riesgos de inflación y deuda, el autor de “Padre Rico, Padre Pobre”, Robert Kiyosaki, ha vuelto a captar la atención del mercado. El 10 de noviembre de 2025, reiteró su objetivo de precio para Bitcoin en 250,000 dólares y reveló que continúa aumentando sus posiciones en oro, plata, Bitcoin y Ethereum para cubrir posibles recesiones.
Este inversor de renombre citó la perspectiva del economista Jim Rickards sobre el oro y el análisis del analista de Fundstrat, Tom Lee, sobre Ethereum, destacando que sus decisiones de inversión se basan en la Ley de Gresham (la moneda mala desplaza a la buena) y en la Ley de Metcalfe (el valor de una red es proporcional al cuadrado del número de usuarios). Sin embargo, los datos en cadena muestran un escenario complejo: la relación MVRV de Bitcoin se ha elevado a 1.8, lo que indica potencial de rebote a medio plazo, pero el precio sigue por debajo de los 112,000 dólares, el coste de los poseedores a corto plazo, sugiriendo que la confianza del mercado aún no se ha recuperado por completo.
Narrativa macroeconómica y lógica de refugio
Desde una perspectiva macro, la teoría de Kiyosaki sobre la depreciación de la moneda fiduciaria no es infundada. La deuda total de EE. UU. superó los 37 billones de dólares en 2025, y el aumento del déficit fiscal impulsa al mercado a reevaluar el valor de la moneda y el papel de los activos refugio. Los gastos por intereses de la deuda estadounidense representaron el 28% de los ingresos federales, una presión estructural que obliga a los bancos centrales a mantener políticas monetarias acomodaticias. Según la Ley de Gresham, a medida que el poder adquisitivo del dólar se deteriora, los inversores tienden a mantener Bitcoin, cuya oferta limitada, y esta lógica ha llevado a que en 2024-2025 la proporción de asignación institucional pase del 3% al 7%.
Al mismo tiempo, la Ley de Metcalfe citada por Kiyosaki proporciona una base matemática para la valoración de Bitcoin. Con un aumento exponencial en el número de usuarios de la red, el valor total de la red crece, validando el efecto de red a largo plazo de las criptomonedas. El número de direcciones activas en Bitcoin alcanzó los 120 millones en 2025, un aumento del 40% respecto a 2024. Según el modelo de Metcalfe, el valor de la red debería ser de 18 billones de dólares, lo que correspondería a un precio por moneda de 850,000 dólares, muy por encima del nivel actual. Sin embargo, los críticos señalan que este modelo no considera la reutilización de direcciones ni las direcciones en exchanges, por lo que una valoración ajustada estaría en el rango de 8 a 12 billones de dólares.
Además, Kiyosaki apuesta fuerte por el papel de Ethereum en el sistema de pagos global, considerando que su capa de liquidación con stablecoins será el motor principal de la próxima revolución financiera digital. Actualmente, el volumen en cadena de stablecoins en Ethereum alcanza los 167 mil millones de dólares, procesando aproximadamente el 5% del flujo de pagos transfronterizos globales. Este valor práctico respalda la prima de Ethereum respecto a Bitcoin como reserva de valor, aunque la incertidumbre regulatoria aún limita la plena valoración.
Interpretación técnica de indicadores en cadena
En el análisis en cadena, la relación MVRV se ha convertido en un foco de atención. Actualmente, se encuentra en un rango relativamente saludable, sugiriendo que la oportunidad de un rebote a medio plazo aún está presente, pero sin indicar un sobrecalentamiento del mercado. La lectura de 1.8 se sitúa en el percentil 65 del rango de valoración histórica, y en los últimos tres ciclos similares, un nivel así ha llevado a un aumento promedio del 35% en 90 días. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en noviembre de 2021 alcanzó 3.2 antes de tocar techo, lo que indica que en mercados alcistas extremos puede seguir subiendo.
Un análisis adicional de la estructura de costos de las posiciones revela que el mercado aún está en una fase de consolidación. Los inversores a corto plazo, en promedio, están en pérdidas, lo que indica que las nuevas entradas aún no han sido significativas, mientras que los poseedores a largo plazo siguen construyendo una base sólida. Los inversores con posiciones inferiores a 155 días tienen un coste promedio de 112,000 dólares, y el precio actual por debajo de ese nivel implica que los inversores recientes en los últimos seis meses están en pérdidas. Esta estructura suele asociarse a fases de consolidación, como en 2019 y 2023, que duraron entre 4 y 6 meses antes de una ruptura. Los poseedores a largo plazo tienen un coste de solo 38,000 dólares, lo que proporciona un fuerte soporte, aunque también puede generar presión vendedora en caso de corrección.
Desde la perspectiva de distribución de fondos, la liquidez en cadena de Bitcoin muestra una estructura clara de soporte y resistencia. Los niveles clave de compra en torno a los 100,000-105,000 dólares concentran a 420,000 direcciones con 850,000 BTC, formando una sólida zona de soporte. Por otro lado, los niveles de 120,000-125,000 dólares representan áreas de concentración de posiciones apalancadas largas, cuya ruptura podría desencadenar un rebote de cortos. Esta estructura indica que el mercado está en la fase final de un triángulo simétrico, y la dirección de la ruptura está por definirse.
Estructura del mercado y flujo de fondos
A nivel institucional, los datos recientes muestran cambios sutiles en la asignación de activos. Aunque la posición total en Bitcoin ha aumentado, el flujo de capital se está desplazando gradualmente desde EE. UU. hacia regiones con regulaciones más favorables. Las compras de empresas en el tercer trimestre crecieron un 12%, pero el nuevo capital se está canalizando principalmente a través de exchanges en Canadá y Europa, reflejando la incertidumbre regulatoria en EE. UU. Esta redistribución geográfica ha llevado a que los exchanges estadounidenses tengan su menor stock de Bitcoin desde 2020, lo que podría afectar la eficiencia en la formación de precios.
El mercado de derivados también muestra una tendencia de racionalización. La reducción en las tasas de financiación y en la concentración de posiciones ha disminuido la volatilidad, sentando las bases para una nueva tendencia. La tasa de financiación de contratos perpetuos se mantiene en torno a 0.008%, sin mostrar los picos de sobrecompra alcista de 2024. La distribución de contratos de futuros también es más equilibrada, con una disminución en la concentración de las mayores posiciones de los traders principales, que pasó del 35% al 28%, reduciendo riesgos de manipulación por parte de una sola entidad.
Por último, los flujos en fondos cotizados (ETFs) aportan otra señal positiva. La entrada neta continua en ETFs de Bitcoin en mercado spot refleja confianza institucional, y la existencia de diferencias de precio entre mercados puede actuar como catalizador para movimientos alcistas a corto plazo. Los ETFs en EE. UU. han tenido 17 semanas consecutivas de entradas netas, con un patrimonio que supera los 120 mil millones de dólares. Además, los fondos en Europa y Canadá muestran descuentos, lo que podría atraer capital de arbitraje y potenciar la próxima subida.
Factores de riesgo y escenarios
No obstante, los riesgos persisten. Cambios en políticas macroeconómicas, fallos en los aspectos técnicos y la incertidumbre regulatoria pueden afectar la trayectoria de Bitcoin. Si la Reserva Federal vuelve a subir tasas para combatir la inflación, podría presionar la valoración de los activos de riesgo. Datos históricos indican que un aumento de 1 punto porcentual en la tasa de interés real reduce en promedio en un 18% la valoración de Bitcoin. Actualmente, la tasa real es del 1.2%, cerca de un umbral crítico.
En el plano técnico, hay señales de posible fallo. Si el precio cae por debajo de los 98,000 dólares, podría activarse una oleada de ventas por parte de sistemas algorítmicos, con objetivos en torno a los 78,000-82,000 dólares. En ese escenario, la relación MVRV podría caer a 1.3, acercándose a niveles de mínimos de mercado bajista históricos.
Aunque la probabilidad de un evento “cisne negro” regulatorio es baja, su impacto sería significativo. Si la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) clasificara a Bitcoin como valor, podría desencadenar caídas superiores al 30% en el corto plazo. Aunque la probabilidad es inferior al 5%, el coste de protección en opciones ya refleja un valor de posición equivalente al 3% del valor total.
Conclusión
La predicción de Kiyosaki de 250,000 dólares combina una profunda crítica al sistema fiduciario y una firme creencia en el efecto de red de las cadenas de bloques. En un contexto de creciente incertidumbre macroeconómica, la escasez de Bitcoin y su valor en red constituyen soportes a largo plazo, pero los indicadores técnicos y en cadena sugieren que el mercado aún necesita tiempo para digerir las ganancias previas. Los inversores deben aprovechar la tendencia, pero también mantener una gestión de riesgos activa, equilibrando beneficios y peligros mediante una adecuada gestión de posiciones y coberturas en derivados, para avanzar con prudencia en esta colisión histórica entre finanzas tradicionales y activos digitales.