Cuando el presidente de EE. UU., Donald Trump, voló al Reino Unido a finales de julio para reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la reunión se llevó a cabo en su campo de golf Trump Turnberry, ubicado en la costa suroeste de Escocia. Este viaje, denominado "visita de trabajo", combinó perfectamente las negociaciones comerciales y las discusiones geopolíticas con la promoción de su propio negocio. Este viaje y su decisión de negarse a desinvertir activos o establecer un fideicomiso ciego destacan el potencial confl
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