Las experiencias fallidas al enviar currículums suelen gestar la próxima oportunidad.

Elon Musk en su día envió su currículum a la entonces en auge Netscape, pero fue rechazado. En lugar de esperar, decidió actuar por sí mismo — así nació Zip2.

La historia de Jack Ma es similar. Tras múltiples rechazos en entrevistas de trabajo en KFC y en la policía, siendo la única persona descartada en todo el proceso, surgió en él la idea de fundar Alibaba.

Brian Acton fue rechazado por Twitter y Facebook, y se volvió a su casa para crear WhatsApp. Esta aplicación fue posteriormente adquirida por Facebook por 19 mil millones de dólares, demostrando lo equivocados que estaban quienes lo rechazaron en su momento.

Brian Chesky, sin apenas ahorros y enfrentando la presión del alquiler, no logró conseguir un trabajo como diseñador en San Francisco, pero en medio de la dificultad encontró la oportunidad de emprender Airbnb.

En el ámbito tecnológico, estas historias también abundan. Steve Wozniak intentó en cinco ocasiones ofrecer el diseño del prototipo de Apple I a su entonces empleador, Hewlett-Packard, pero fue rechazado porque la compañía no veía mercado para las computadoras personales. Fue precisamente ese rechazo el que lo llevó a fundar junto a Steve Jobs la compañía Apple.

El ecosistema cripto también ha tenido giros similares. Hayden Adams trabajaba en Siemens y fue despedido. La oportunidad le llegó con un consejo de un amigo: aprender Solidity. Se dedicó a estudiar este lenguaje y convirtió en realidad la fórmula de producto constante x*y=k propuesta por Vitalik, fundando Uniswap, que se convirtió en una de las infraestructuras básicas del sector DeFi.

Cada puerta que se cierra puede abrir una ventana inesperada.