#稳定币与数字货币发展 Al ver que las negociaciones del Senado sobre la Ley de Estructura del Mercado se retrasan nuevamente hasta enero, mi primera reacción fue volver a 2017. En ese entonces, la incertidumbre regulatoria también nos atormentaba de esta manera; cada cambio en la dirección de la política podía provocar una volatilidad extrema en el mercado.
Esta vez, el bloqueo en varias áreas resulta especialmente interesante: si las stablecoins pueden estar vinculadas a rendimientos, el alcance de la autoridad de la SEC, los límites regulatorios de DeFi. Para ser honestos, no son problemas nuevos, solo que en esta ronda finalmente los hemos puesto sobre la mesa. Mirando hacia atrás en la historia, el papel de las stablecoins ha sido siempre una cuestión sin resolver. Desde la zona gris de USDT, pasando por diversos intentos posteriores, hasta ahora, definirlas dentro de un marco legal, este proceso en sí mismo refleja la trayectoria de maduración de toda la industria.
Lo que me viene a la mente es que cada vez que la regulación se aclara, en realidad se filtran los proyectos que realmente tienen resiliencia. La incertidumbre es lo más aterrador porque hace que todos apuesten al rumbo de la política en lugar de centrarse en desarrollar productos. Pero desde otra perspectiva, la dificultad para resolver estas diferencias precisamente indica que la industria de las criptomonedas ha crecido hasta un punto en el que no puede ser ignorada — lo que justifica que las autoridades centrales sigan evaluando y jugando con ellas.
La negociación de enero de 2025 debería compararse con la reestructuración regulatoria tras la crisis bancaria de 2023. Esa crisis nos mostró claramente qué significa una verdadera prueba de mercado. La próxima también lo hará. La clave está en mantener la calma durante esta ventana de espera. La historia nos enseña que la consolidación de un marco regulatorio suele significar el inicio de una nueva etapa, no su fin.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
#稳定币与数字货币发展 Al ver que las negociaciones del Senado sobre la Ley de Estructura del Mercado se retrasan nuevamente hasta enero, mi primera reacción fue volver a 2017. En ese entonces, la incertidumbre regulatoria también nos atormentaba de esta manera; cada cambio en la dirección de la política podía provocar una volatilidad extrema en el mercado.
Esta vez, el bloqueo en varias áreas resulta especialmente interesante: si las stablecoins pueden estar vinculadas a rendimientos, el alcance de la autoridad de la SEC, los límites regulatorios de DeFi. Para ser honestos, no son problemas nuevos, solo que en esta ronda finalmente los hemos puesto sobre la mesa. Mirando hacia atrás en la historia, el papel de las stablecoins ha sido siempre una cuestión sin resolver. Desde la zona gris de USDT, pasando por diversos intentos posteriores, hasta ahora, definirlas dentro de un marco legal, este proceso en sí mismo refleja la trayectoria de maduración de toda la industria.
Lo que me viene a la mente es que cada vez que la regulación se aclara, en realidad se filtran los proyectos que realmente tienen resiliencia. La incertidumbre es lo más aterrador porque hace que todos apuesten al rumbo de la política en lugar de centrarse en desarrollar productos. Pero desde otra perspectiva, la dificultad para resolver estas diferencias precisamente indica que la industria de las criptomonedas ha crecido hasta un punto en el que no puede ser ignorada — lo que justifica que las autoridades centrales sigan evaluando y jugando con ellas.
La negociación de enero de 2025 debería compararse con la reestructuración regulatoria tras la crisis bancaria de 2023. Esa crisis nos mostró claramente qué significa una verdadera prueba de mercado. La próxima también lo hará. La clave está en mantener la calma durante esta ventana de espera. La historia nos enseña que la consolidación de un marco regulatorio suele significar el inicio de una nueva etapa, no su fin.