Al revisar algunos de los hitos clave en la historia de las criptomonedas, se puede observar un patrón interesante.

En julio de 2019, tras el anuncio de recortes de la Reserva Federal, las acciones estadounidenses experimentaron un fuerte rebote. Pero en ese momento, Bitcoin se encontraba en una fase de estancamiento, y todo el mercado miraba con indiferencia a los activos digitales. Las risas de los inversores no cesaban, hasta que en octubre, Bitcoin comenzó a subir junto con las acciones, rompiendo su tendencia de caída independiente a largo plazo.

El cambio más violento llegó en 2020. El 12 de marzo, una caída brutal que aún se recuerda — muchos inversores con apalancamiento 2x en Bitcoin y Ethereum fueron liquidado en masa, y BNB incluso cayó a 3 dólares. Una vez más, el mercado estuvo lleno de burlas.

Pero la historia siempre da la vuelta. Después del 12 de marzo, aunque el crecimiento fue más lento que el de las acciones, en octubre estalló un mercado alcista repentino e inesperado. Nadie pudo evitar sonreír.

¿Qué nos enseñan estas experiencias? Primero, que ser objeto de burla es casi una norma en la inversión en criptomonedas — la verdadera convicción no puede existir solo en los momentos de subida. Segundo, la esencia de Bitcoin siempre ha sido romper con las dudas de todos, y esa característica nunca ha cambiado. Por último, hay que tener cuidado, porque incluso después de ciclos de reducción de tasas, pueden ocurrir eventos de limpieza similares a los del 12 de marzo, especialmente para los traders con apalancamiento.

En el entorno actual del mercado, estas lecciones históricas siguen siendo valiosas para reflexionar.