Las sanciones mantienen ocupado el papeleo, no los barriles.

El crudo ruso no ha desaparecido de los mercados europeos; simplemente ha tomado un desvío. El petróleo ahora pasa por Turquía, recibe una nueva documentación y llega a Europa con una bandera diferente. Mismo origen, mismo producto, etiqueta distinta.

Así es como realmente funcionan los mercados de energía cuando los gobiernos intentan estrangular el suministro. Las rutas cambian, los intermediarios se multiplican y la mecánica de precios permanece intacta. Para quienes rastrean los flujos de commodities, movimientos de crudo y cómo la fricción geopolítica redefine el comercio global, esta es la lección del mundo real sobre la adaptación del mercado. La logística cambia. La demanda no.