Lo interesante de la plata nunca ha sido "si subirá o no". La cuestión es que, una vez que sube, suele indicar que la estabilidad marginal de la moneda fiduciaria se está aflojando. La subida del oro todavía puede explicarse como una demanda de refugio o reserva, pero el comportamiento anómalo de la plata es diferente: es una señal de que el capital está huyendo de los "activos seguros centrales" hacia los "activos duros secundarios".

La historia lo deja claro. En 1980, la gran tendencia alcista de la plata estuvo respaldada por una alta inflación combinada con una crisis petrolera; en 2011, fue por la proliferación de QE y la crisis de la deuda europea. El patrón nunca falla: la plata nunca lidera. Siempre espera a que el oro confirme la tendencia, para luego salir con una subida más pronunciada y descontrolada.

La relación oro-plata es esencialmente un índice de confianza en la credibilidad de la moneda. Entre 60 y 80, indica que el orden todavía se mantiene. Pero una vez que cae por debajo de 40, al mercado ya no le importa "quién es más seguro", sino que empieza a comprar cualquier activo tangible que no pueda ser copiado infinitamente. El mercado de plata, con su tamaño reducido, inventarios escasos y derivados en papel, cuando surge una demanda real, hace que los precios se desvíen instantáneamente de los modelos racionales.

Por eso, cuando la plata sube, rara vez se trata de un descubrimiento de valor; en realidad, es una distorsión de precios causada por la compresión de liquidez. La relación oro-plata en 30 no es un objetivo, sino solo una medida del estado de ánimo. La única variable verdadera es cuándo empezará el mercado a desconfiar de los números monetarios en los libros.

El oro es un activo de negociación entre bancos centrales, la plata suele ser una forma de votar del mercado. Actualmente, el oro ha entrado en una fase dominada por atributos monetarios, mientras que la plata todavía está en una etapa de reconocimiento inicial. Esto no es un fin, sino solo el comienzo de una diferenciación. Lo que realmente hay que vigilar no es cuánto subirá la plata, sino el momento en que se valore como moneda.