Nunca faltan oportunidades en el mercado, lo que realmente falta es la valentía para apostar. La mayoría de los inversores están esperando que llegue ese momento perfecto, pero cuando por fin aparece, empiezan a desconfiar — ¿será una trampa?

En realidad, el problema no está en si podemos detectar la oportunidad, sino en esa batalla interna: cuando sube, temen comprar en la cima y quedar atrapados; cuando baja, temen comprar en el fondo y seguir cayendo. La llamada sensación de ritmo, en definitiva, es confiar en nuestro propio juicio.

Verás que muchas personas no tienen un problema en su análisis, sino en la ejecución. Claramente ven la dirección, pero colocan las órdenes con poca convicción. Cuando llega el momento de entrar con fuerza, en lugar de actuar, empiezan a dudar, a analizar las probabilidades y a revisar los aspectos técnicos, y así se les escapa el mejor momento para comprar.

El truco para seguir el ritmo correcto es muy simple: o no hacer nada, o actuar con decisión. Cuando surge una oportunidad como ZEC, lo que suele fallar no es la visión, sino la determinación para actuar.