La situación del mercado de la plata ha estado muy caliente últimamente, con aumentos que hacen que la gente tenga dificultades para asimilarlo. Pero si piensas que esto es como si alguna fábrica de repente comenzara a acumular locamente joyas de plata, entonces estás simplificando demasiado las cosas. La verdad es mucho más interesante: se trata de un "desajuste de oferta y demanda" en el mercado financiero.

A simple vista, la plata a nivel mundial no es en absoluto escasa. La producción global anual es de 27,000 toneladas, de las cuales 23,000 toneladas se consumen en la industria. Siguiendo esa lógica, la plata sería como la sal en el supermercado, con una oferta más que suficiente.

Pero esa lógica se ha desplomado por completo en el mercado de futuros.

¿Cuál es la incógnita? En realidad, las reservas de plata que pueden entregarse en cualquier momento son alarmantemente bajas:
- Las reservas reales en la COMEX son solo 14,000 toneladas
- Las reservas en Londres son menos de 4,000 toneladas
- Las reservas en China son solo 715 toneladas

Sumando estas reservas, no alcanzan ni para cubrir un mes y medio de demanda industrial global.

Pero aquí surge el problema: ¿qué están haciendo los grandes jugadores en el mercado de futuros? Han vendido contratos de venta en corto que superan varias veces esas reservas. Imagina que un concierto tiene solo 1,000 asientos, pero se venden 5,000 entradas; cuando todos tengan sus boletos y quieran entrar, empieza el problema.

Estos contratos de venta en corto parecen promesas de "entrega garantizada", pero en realidad, ¿quién quiere realmente recibir varias toneladas de plata? ¿Dónde la vas a poner? Tú mismo no tienes una mina en casa. Por eso, la práctica habitual es cerrar la posición antes del vencimiento o liquidar en efectivo, ajustando la diferencia, sin que nadie tenga que mover realmente la plata.

Este sistema funciona bastante bien, hasta que recientemente algunos compradores en largo cambiaron las reglas del juego. De repente, comenzaron a exigir entregas físicas, lo que obligó a los vendedores en corto a comprar en el mercado. Con las reservas tan ajustadas, los costos de adquisición se dispararon inmediatamente.

El desajuste entre las reservas y el mercado de derivados, en cualquier materia prima, puede desencadenar este tipo de "short squeeze". La plata ha llegado a ese punto, donde la tensión entre la fijación de precios en el mercado de futuros y la escasez en el mercado físico genera una enorme presión. Tanto los inversores como los observadores del mercado deberían entender el mecanismo detrás de esto: no es solo una historia de plata, sino un reflejo de cómo los mercados de derivados se desconectan de la realidad del mercado spot.