#加密资产安全 Estos años, la seguridad de Bitcoin nunca ha sido solo una historia técnica, sino una serie de conciliaciones reales de libros de cuentas.
¿Recuerdas esa extraña gran retirada a finales de 2020? 136951 bitcoins fueron transferidos de una sola vez en unas pocas horas, y en ese momento nadie podía determinar si era un hacker o la alta dirección de un pool de minería vendiendo en la cima. Hasta que en 2023 se reveló completamente la vulnerabilidad del número aleatorio débil, poco a poco armamos el rompecabezas de la verdad de estos cinco años: no fue casualidad, sino una catástrofe de seguridad emboscada desde hace tiempo. La raíz del problema es simple y mortal: la clave privada generada por el generador de números pseudoaleatorios Mersenne Twister no es verdaderamente aleatoria, sino que se selecciona dentro de un rango limitado y con reglas, y los hackers solo necesitan dominar esa regla para enumerar violentamente las claves débiles.
Ahora, el riesgo de la computación cuántica vuelve a ponerse sobre la mesa. Algunos discuten si el millón de BTC de Satoshi podría ser liquidado en un colapso a 3 dólares si se rompe con la computación cuántica. La verdad, este pánico puede ser un poco prematuro, pero apunta a una cuestión que ya deberíamos haber tomado en serio: una vez que la clave pública se expone en la cadena, el riesgo teórico siempre existe. En comparación con el incidente Lubian de 2020, en ese momento las víctimas ni siquiera sabían cuán frágil era su billetera. Hoy tenemos más información, pero eso precisamente revela un hecho doloroso: la frontera de la seguridad nunca está determinada solo por la tecnología, sino por la conciencia y las decisiones humanas.
El camino de no exponer la clave pública completa en nuevos tipos de direcciones fue correcto, pero mirando hacia atrás, esas billeteras débiles dormidas, esos activos que se van comiendo año tras año, ¿cuándo podremos realmente recordar la frase "si no es tu billetera, no es tu dinero"?
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#加密资产安全 Estos años, la seguridad de Bitcoin nunca ha sido solo una historia técnica, sino una serie de conciliaciones reales de libros de cuentas.
¿Recuerdas esa extraña gran retirada a finales de 2020? 136951 bitcoins fueron transferidos de una sola vez en unas pocas horas, y en ese momento nadie podía determinar si era un hacker o la alta dirección de un pool de minería vendiendo en la cima. Hasta que en 2023 se reveló completamente la vulnerabilidad del número aleatorio débil, poco a poco armamos el rompecabezas de la verdad de estos cinco años: no fue casualidad, sino una catástrofe de seguridad emboscada desde hace tiempo. La raíz del problema es simple y mortal: la clave privada generada por el generador de números pseudoaleatorios Mersenne Twister no es verdaderamente aleatoria, sino que se selecciona dentro de un rango limitado y con reglas, y los hackers solo necesitan dominar esa regla para enumerar violentamente las claves débiles.
Ahora, el riesgo de la computación cuántica vuelve a ponerse sobre la mesa. Algunos discuten si el millón de BTC de Satoshi podría ser liquidado en un colapso a 3 dólares si se rompe con la computación cuántica. La verdad, este pánico puede ser un poco prematuro, pero apunta a una cuestión que ya deberíamos haber tomado en serio: una vez que la clave pública se expone en la cadena, el riesgo teórico siempre existe. En comparación con el incidente Lubian de 2020, en ese momento las víctimas ni siquiera sabían cuán frágil era su billetera. Hoy tenemos más información, pero eso precisamente revela un hecho doloroso: la frontera de la seguridad nunca está determinada solo por la tecnología, sino por la conciencia y las decisiones humanas.
El camino de no exponer la clave pública completa en nuevos tipos de direcciones fue correcto, pero mirando hacia atrás, esas billeteras débiles dormidas, esos activos que se van comiendo año tras año, ¿cuándo podremos realmente recordar la frase "si no es tu billetera, no es tu dinero"?