#股权代币化 Viendo las noticias sobre Tether y Figure, lo que me vino a la mente fue la ola de ICO de 2017. En ese entonces, todos pensábamos que la tokenización podía revolucionar todo, pero la mayoría de los proyectos desaparecieron en la nada. Ahora, las acciones de estos dos gigantes en la tokenización de acciones me muestran tanto ecos del pasado como diferentes matices.
Después de recaudar 200 millones de dólares, Tether considera la tokenización de acciones; esto suena audaz, pero en esencia es un complemento tras completar la financiación tradicional. Lo que realmente me sorprendió fue la estrategia de Figure: emitir acciones nativas en Solana, sin pasar por DTCC ni Nasdaq, y construir su propio sistema de negociación descentralizado. Esto no es simplemente "poner acciones en la cadena", sino una reescritura completa de la infraestructura de negociación.
He visto demasiados proyectos que levantan la bandera de la innovación y terminan muriendo en los detalles. El riesgo de la tokenización de acciones no está en la tecnología, sino en la incertidumbre regulatoria y en la autenticidad de la liquidez. La audacia de Figure para operar así indica que ya están seguros del camino legal, o al menos han llegado a un punto clave. Esto tiene más valor práctico que la "consideración" de Tether.
La historia nos muestra que la innovación tecnológica suele cambiar el mercado en la segunda o tercera ola. La idea de los contratos inteligentes en 2014-2015 fue ridiculizada, y solo en 2017, con el auge de DeFi, se empezó a ver su potencial. La tokenización de acciones puede seguir esa misma trayectoria: los pioneros de hoy podrían ser la infraestructura del mañana. Pero para ello, estos proyectos deben sobrevivir y superar el abismo regulatorio.
El problema ahora no es si la tokenización de acciones tendrá éxito, sino quién podrá llegar a ese momento.
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#股权代币化 Viendo las noticias sobre Tether y Figure, lo que me vino a la mente fue la ola de ICO de 2017. En ese entonces, todos pensábamos que la tokenización podía revolucionar todo, pero la mayoría de los proyectos desaparecieron en la nada. Ahora, las acciones de estos dos gigantes en la tokenización de acciones me muestran tanto ecos del pasado como diferentes matices.
Después de recaudar 200 millones de dólares, Tether considera la tokenización de acciones; esto suena audaz, pero en esencia es un complemento tras completar la financiación tradicional. Lo que realmente me sorprendió fue la estrategia de Figure: emitir acciones nativas en Solana, sin pasar por DTCC ni Nasdaq, y construir su propio sistema de negociación descentralizado. Esto no es simplemente "poner acciones en la cadena", sino una reescritura completa de la infraestructura de negociación.
He visto demasiados proyectos que levantan la bandera de la innovación y terminan muriendo en los detalles. El riesgo de la tokenización de acciones no está en la tecnología, sino en la incertidumbre regulatoria y en la autenticidad de la liquidez. La audacia de Figure para operar así indica que ya están seguros del camino legal, o al menos han llegado a un punto clave. Esto tiene más valor práctico que la "consideración" de Tether.
La historia nos muestra que la innovación tecnológica suele cambiar el mercado en la segunda o tercera ola. La idea de los contratos inteligentes en 2014-2015 fue ridiculizada, y solo en 2017, con el auge de DeFi, se empezó a ver su potencial. La tokenización de acciones puede seguir esa misma trayectoria: los pioneros de hoy podrían ser la infraestructura del mañana. Pero para ello, estos proyectos deben sobrevivir y superar el abismo regulatorio.
El problema ahora no es si la tokenización de acciones tendrá éxito, sino quién podrá llegar a ese momento.