El panorama del mercado de criptomonedas está cambiando silenciosamente. Cuando Bitcoin se convierte gradualmente en un activo principal global y recibe la atención de grandes instituciones y gobiernos, ya se ha transformado en un producto de asignación de activos de nivel mundial.

En años anteriores, Bitcoin estuvo altamente correlacionado con las acciones de EE. UU., pero este año presenta una situación completamente diferente: oscilaciones con rápidas caídas, sin captar la atención de grandes fondos. En cambio, el oro y las acciones estadounidenses son el centro de atención de los fondos globales. Pero esto es precisamente una oportunidad oculta: solo con extraer una pequeña parte de los activos tradicionales y canalizarlos al mercado de criptomonedas, se puede mover todo el panorama.

El mercado actual es una competencia por fondos. A medida que Bitcoin se convierte en un activo mundial, cada vez más participantes se unen, y los grandes jugadores ya no son un papel único. La caída continua en los precios no es sostenible; ya sea en términos de fichas institucionales o reservas a nivel nacional, al final solo se mueven y transfieren entre grandes fondos. Desde la perspectiva de las velas mensuales, lleva tres meses consecutivos en verde, y aún hay potencial de recuperación durante todo enero. Operaciones con apalancamiento bajo (menos de 5 veces) y una estrategia alcista a corto plazo pueden soportar completamente las fluctuaciones.