¿Pero qué pasó después de que la plata subiera tan rápido en la historia?
La plata subió de manera extrema dos veces y luego se desplomó rápidamente, los datos históricos advierten sobre el riesgo de una caída prolongada tras un aumento repentino.
Muchos ven un aumento rápido en la plata en poco tiempo y su reacción instintiva es preguntarse si se repetirá la historia. Entonces, no está de más volver a ella y echar un vistazo a cómo se comportó el mercado después de esas subidas.
En realidad, solo hubo dos ocasiones en la historia en las que la plata experimentó una aceleración extrema.
Primera vez: 1980
A principios de 1979, el precio de la plata rondaba los 6 dólares. En enero de 1980, alcanzó un máximo superior a los 50 dólares, en menos de un año, casi se multiplicó por 8.
Pero lo que realmente merece la pena no es la subida, sino lo que ocurrió después.
A mediados de enero de 1980, tocó techo.
En aproximadamente 4 días de negociación, el precio cayó de más de 40 dólares a cerca de 20 dólares. En unos 2 meses, bajó a unos 10 dólares, lo que representa una caída máxima cercana al 80% desde el pico.
El tiempo no fue largo, no dio oportunidad al mercado de digerir la subida, fue un colapso muy típico — una caída tras una desaparición repentina de liquidez.
Segunda vez: 2011
En agosto de 2010, la plata valía unos 18 dólares. A finales de abril de 2011, volvió a subir a 49-50 dólares. Esta subida fue más prolongada, pero el desenlace fue casi idéntico.
A finales de abril de 2011, tocó techo y en una semana, cayó de cerca de 50 dólares a unos 33 dólares (aproximadamente -35%). Tres meses después, el precio se situaba entre 26 y 28 dólares.
Cuatro años después, en 2015, tocó fondo en torno a los 13 dólares. Desde el pico hasta el fondo, la mayor caída fue superior al 70%.
En 2011, no fue solo una caída y rebote, sino que después de la caída, tardó varios años en volver a acercarse al punto de inicio.
Al poner estas dos ocasiones juntas, se pueden identificar varias características muy consistentes:
La fase de subida fue muy corta, la cima muy congestionada.
La parte realmente frenética, generalmente dura solo unas semanas.
Las caídas iniciales fueron muy rápidas, no una simple corrección, sino en unos días o unas pocas semanas, se perdió un tercio o incluso la mitad del valor.
La verdadera fuerza destructiva vino después, lo más doloroso no fue la caída repentina, sino la larga tendencia a la baja que siguió, que consumió emociones y paciencia por igual.
Por eso, la cuestión en realidad no es: ¿La plata puede seguir subiendo?
Sino: Si el precio se impulsó por aceleraciones extremas y apalancamiento alto, la historia ya nos ha mostrado qué suele ocurrir después.
Esto no es una predicción ni un pronóstico, solo poner el tiempo y los datos sobre la mesa.
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¿Pero qué pasó después de que la plata subiera tan rápido en la historia?
La plata subió de manera extrema dos veces y luego se desplomó rápidamente, los datos históricos advierten sobre el riesgo de una caída prolongada tras un aumento repentino.
Muchos ven un aumento rápido en la plata en poco tiempo y su reacción instintiva es preguntarse si se repetirá la historia. Entonces, no está de más volver a ella y echar un vistazo a cómo se comportó el mercado después de esas subidas.
En realidad, solo hubo dos ocasiones en la historia en las que la plata experimentó una aceleración extrema.
Primera vez: 1980
A principios de 1979, el precio de la plata rondaba los 6 dólares. En enero de 1980, alcanzó un máximo superior a los 50 dólares, en menos de un año, casi se multiplicó por 8.
Pero lo que realmente merece la pena no es la subida, sino lo que ocurrió después.
A mediados de enero de 1980, tocó techo.
En aproximadamente 4 días de negociación, el precio cayó de más de 40 dólares a cerca de 20 dólares. En unos 2 meses, bajó a unos 10 dólares, lo que representa una caída máxima cercana al 80% desde el pico.
El tiempo no fue largo, no dio oportunidad al mercado de digerir la subida, fue un colapso muy típico — una caída tras una desaparición repentina de liquidez.
Segunda vez: 2011
En agosto de 2010, la plata valía unos 18 dólares. A finales de abril de 2011, volvió a subir a 49-50 dólares. Esta subida fue más prolongada, pero el desenlace fue casi idéntico.
A finales de abril de 2011, tocó techo y en una semana, cayó de cerca de 50 dólares a unos 33 dólares (aproximadamente -35%). Tres meses después, el precio se situaba entre 26 y 28 dólares.
Cuatro años después, en 2015, tocó fondo en torno a los 13 dólares. Desde el pico hasta el fondo, la mayor caída fue superior al 70%.
En 2011, no fue solo una caída y rebote, sino que después de la caída, tardó varios años en volver a acercarse al punto de inicio.
Al poner estas dos ocasiones juntas, se pueden identificar varias características muy consistentes:
La fase de subida fue muy corta, la cima muy congestionada.
La parte realmente frenética, generalmente dura solo unas semanas.
Las caídas iniciales fueron muy rápidas, no una simple corrección, sino en unos días o unas pocas semanas, se perdió un tercio o incluso la mitad del valor.
La verdadera fuerza destructiva vino después, lo más doloroso no fue la caída repentina, sino la larga tendencia a la baja que siguió, que consumió emociones y paciencia por igual.
Por eso, la cuestión en realidad no es:
¿La plata puede seguir subiendo?
Sino:
Si el precio se impulsó por aceleraciones extremas y apalancamiento alto, la historia ya nos ha mostrado qué suele ocurrir después.
Esto no es una predicción ni un pronóstico, solo poner el tiempo y los datos sobre la mesa.