Las personas con heridas internas, aquellas que están en caos y carecen de seguridad, no pueden ganar dinero de manera adecuada ni lograr un crecimiento personal, por muy ambiciosas que sean. No pueden actuar, siempre procrastinan una y otra vez y finalmente abandonan sus planes. Porque en la psicología existe una realidad muy dura: las heridas pueden destruir la capacidad de ejecución de una persona. No es que seas realmente perezoso, sino que tu cerebro ha estado en modo de defensa durante mucho tiempo. Bajo este modo, tu prioridad es sobrevivir, no desarrollarte. Cualquier cosa que requiera un esfuerzo constante y una recompensa retrasada, como ganar dinero, emprender, aprender, incluso hacer ejercicio, será vista por tu cerebro como peligrosa e insegura. Por eso, muchas personas piensan mucho pero no se atreven a empezar, quieren hacerlo todo de una vez y ver resultados inmediatamente. Cuando sienten un poco de frustración, se niegan por completo a seguir adelante. Tu procrastinación no es porque realmente no estés preparado, sino porque tienes demasiado miedo a fracasar.

El miedo a fracasar activa una vez más tu herida. Pero el problema está en que, cuando deseas demasiado tener éxito, cuando quieres demostrarte a ti mismo con urgencia, cualquier pequeño contratiempo en la realidad puede hacer que tu sistema colapse por completo, llevándote a tener aún más miedo de empezar de nuevo. Las personas que realmente pueden concentrarse en hacer las cosas y crecer continuamente no lo hacen porque sean especialmente talentosas o capaces, sino porque su estado interno es seguro. La sensación de seguridad no se entiende solo con la mente, sino que se construye poco a poco, una pequeña cosa tras otra. Así que intenta establecerte algunas metas pequeñas, cumplirlas paso a paso, y dejar que tu cerebro vaya sintiendo poco a poco esa seguridad. Cuando tu interior esté estable, tu capacidad de acción podrá seguir el ritmo.