Observando varios casos de proyectos de criptomonedas coreanos en 2025, hay algunas tendencias que merecen precaución. ¿Recuerdas aquella vez de Uxlink? Originalmente, el límite era de 1 mil millones de tokens, pero de repente se acuñaron 100 billones, con muchas excusas diferentes. Una trama similar también se está desarrollando en FLOW: datos anómalos, problemas con contratos, vulnerabilidades técnicas... Cada vez hay una explicación oficial. La lógica detrás es clara: el equipo del proyecto tiene problemas → culpan a hackers o fallos técnicos → los inversores minoristas y los poseedores de tokens terminan pagando el precio. Este esquema es muy común en el mercado, especialmente entre los proyectos coreanos. Lo más importante es que la mayoría de las personas no entienden qué ocurrió realmente después. Los inversores deben estar atentos, ya que el patrón de riesgo de estos proyectos en realidad sigue una cierta regularidad.