Cuando las plataformas de automatización logran avances como este, vale la pena prestar atención. Una organización importante demostró recientemente algo bastante notable: inicialmente apuntaron a que el 75% de las tareas se realizaran sin intervención humana, pero terminaron superando ese objetivo y lograron aproximadamente un 90% de procesamiento directo.

Eso no es solo una mejora incremental; es el tipo de salto en eficiencia que redefine cómo funcionan las operaciones a gran escala. La diferencia entre el objetivo y el resultado real indica que la tecnología maduró más rápido de lo previsto.

Los inversores a veces detectan estos momentos temprano. Cuando una herramienta demuestra que puede manejar tasas de automatización significativamente más altas de lo esperado, abre nuevas puertas para escalar y reducir costos. El precedente aquí se siente similar a ver a los actores tecnológicos fundamentales validar su tesis central antes de que llegue un reconocimiento importante en el mercado.