En este ciclo de DeFi, muchas personas han caído en las mismas trampas: ingresar apresuradamente cuando un proyecto se lanza, sin entender realmente la lógica del token, simplemente porque escucharon que "podría haber un airdrop". Cuando la actividad termina, el lugar se queda desierto y el protocolo se convierte en una ciudad fantasma.

Recientemente vi el lanzamiento en mainnet de un proyecto DeFi de primer nivel, y mi primera impresión fue de cierta cautela. No es que cuestione su capacidad técnica, sino que me preocupa que repitan la misma fórmula: hacer una ola y luego desaparecer. Pero después de estudiar detenidamente su sistema de puntuación, mi opinión cambió por completo.

Para ser honestos, este mecanismo es mucho más complejo de lo que parece a simple vista. Muchos piensan que es solo un sistema de puntos común, pero en realidad su lógica central es un sistema de filtrado de usuarios. No recompensa "cuánto compraste", sino "qué realmente hiciste en el ecosistema". En el entorno actual de DeFi, este tipo de diseño es realmente raro de ver.

Mirando hacia atrás, los problemas comunes en todo el ecosistema DeFi son evidentes. La mayoría de los proyectos se basan en unas pocas lógicas de incentivo: cuantos más fondos tengas, más beneficios; quien llega primero, obtiene mejores ganancias; quien corre más rápido, se ríe al final. Suena lógico según las leyes del mercado, pero ¿cuáles son las consecuencias reales? Los datos de actividad del protocolo son falsos, la retención de usuarios también es falsa, y el interés en la comunidad se diluye. Al final, los usuarios que realmente permanecen y participan son muy pocos.

La raíz del problema es que todo este sistema recompensa desde el principio hasta el fin no la participación y contribución genuinas, sino la especulación y el arbitraje. La prosperidad temporal que trae la entrada de capital a corto plazo, en última instancia, debe volver a la realidad fría y racional.