Actualmente, el mercado de criptomonedas todavía discute si BTC podrá mantener los 58,000 dólares o si ETH enfrentará riesgos, mientras Japón ha tomado una decisión que, aunque fácil de pasar por alto, tiene un significado profundo: elevar la regulación relacionada con las criptomonedas de "sección" a "departamento".

No pienses que esto es solo un ajuste a nivel administrativo. En el sistema burocrático japonés, esto representa que la regulación de las criptomonedas pasa de ser una función marginal a convertirse en un área de negocio independiente y central, con plenos poderes de decisión y ejecución. Este paso es comparable a la explosión del ecosistema DeFi en 2020 o a la creación de máximos históricos por parte de BTC en 2021, marcando la transición de toda la industria de un estado no regulado a uno institucionalizado.

Lo más importante es el cambio en el marco legal subsecuente. Según el último borrador de la Agencia de Servicios Financieros de Japón, la regulación de los activos criptográficos será oficialmente incorporada en el sistema de la Ley de Instrumentos Financieros y de Intercambio, dejando atrás la Ley de Servicios de Pago. Aunque parece un ajuste técnico, en realidad significa que la clasificación de los activos criptográficos cambiará de "herramienta de pago" a "producto financiero", con una posición legal completamente diferente.

Este ajuste cubre las 105 criptomonedas existentes en Japón, incluyendo BTC, ETH y otras monedas principales. Una vez que se clasifiquen claramente como productos financieros, los exchanges deberán divulgar información sobre los emisores de las monedas, las especificaciones técnicas subyacentes, las características de volatilidad y más. Esto tiene implicaciones directas en la transparencia del mercado y en la protección de los inversores, y no hace falta decir lo que esto significa para el mercado.