La brecha de liquidez global final se está reduciendo. La señal contradictoria de Japón está sacudiendo todo el mercado.

El 1 de diciembre, los operadores en Tokio estaban completamente desconcertados. Un discurso del gobernador del Banco de Japón hizo que el índice Nikkei cayera casi mil puntos en un solo día. Al mismo tiempo, el Ministerio de Finanzas de Japón lanzó una noticia aún más impactante: este país con una montaña de deuda anunció que en el ejercicio fiscal 2026 podría lograr por primera vez un superávit presupuestario en 28 años.

El mercado cayó en caos instantáneo. El mismo país, que acaba de aprobar un presupuesto histórico de 122.3 billones de yenes, se prepara ahora para apretarse el cinturón y hablar de disciplina fiscal. ¿No es esto una especie de esquizofrenia?

Los números de superávit que parecen tan bonitos en realidad están sostenidos por dos columnas tambaleantes. La primera, que los ingresos fiscales deben crecer un 7.6%, alcanzando un máximo de 83.7 billones de yenes —lo cual requiere buen tiempo y algo de suerte. La segunda, que la emisión de nuevos bonos del gobierno debe mantenerse por debajo de 30 billones de yenes —siempre que no haya cisnes negros.

La pregunta es: a principios de 2025, el gobierno japonés todavía preveía un déficit para ese año fiscal. Pero en agosto, la perspectiva cambió. ¿Qué hay detrás de estas predicciones tan fluctuantes? ¿Es una sobreestimación del crecimiento económico o hay algún otro cálculo en juego?

Para el mercado de criptomonedas, esta señal es muy impactante. Japón ha sido durante mucho tiempo una de las principales fuentes de liquidez global. Si Japón realmente empieza a apretarse, ¿hacia dónde fluirá el dinero mundial? ¿Hacia los mercados emergentes, los activos tecnológicos o las criptomonedas? Esta es una cuestión que los traders deben considerar cuidadosamente.