Los investigadores suizos acaban de lograr algo increíble: están reutilizando conchas de langosta muertas para construir robots biomecánicos. El enfoque, llamado necrobotics, aprovecha el exoesqueleto de la langosta y crea brazos manipuladores que en realidad superan a los diseños mecánicos convencionales. Es el tipo de pensamiento innovador que desafía cómo pensamos sobre ciencia de materiales e ingeniería biológica. El exoesqueleto proporciona integridad estructural y propiedades de articulación únicas que los materiales sintéticos tienen dificultades para replicar. Una intersección bastante interesante entre biología y robótica—cuando la naturaleza ya ha hecho parte del trabajo de ingeniería, ¿por qué no aprovecharla? Este tipo de mentalidad innovadora se conecta con el pensamiento de diseño sostenible y la reconfiguración biológica, áreas que están ganando terreno en el desarrollo de hardware de próxima generación.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
13 me gusta
Recompensa
13
2
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
BridgeTrustFund
· hace13h
¿Robot con caparazón de langosta? Esto es una idea loca, ¡un poco de locura!
Ver originalesResponder0
GigaBrainAnon
· hace13h
¿Cáscaras de langosta muerta para hacer robots? Los suizos son un poco extremos, el diseño natural es lo mejor
Los investigadores suizos acaban de lograr algo increíble: están reutilizando conchas de langosta muertas para construir robots biomecánicos. El enfoque, llamado necrobotics, aprovecha el exoesqueleto de la langosta y crea brazos manipuladores que en realidad superan a los diseños mecánicos convencionales. Es el tipo de pensamiento innovador que desafía cómo pensamos sobre ciencia de materiales e ingeniería biológica. El exoesqueleto proporciona integridad estructural y propiedades de articulación únicas que los materiales sintéticos tienen dificultades para replicar. Una intersección bastante interesante entre biología y robótica—cuando la naturaleza ya ha hecho parte del trabajo de ingeniería, ¿por qué no aprovecharla? Este tipo de mentalidad innovadora se conecta con el pensamiento de diseño sostenible y la reconfiguración biológica, áreas que están ganando terreno en el desarrollo de hardware de próxima generación.