Cuando el mercado emite señales de peligro, mi primera reacción es cerrar la posición de manera decisiva. Sin ninguna duda, sin ninguna esperanza infundada.

¿Y por qué hago esto? Muy sencillo—si después de unos días no pasa nada, puedo volver a entrar. Pero si elijo mantenerme, el costo sería demasiado alto. Poder dormir tranquilo y evitar esas posibles pérdidas enormes, ¿qué más se puede pedir?

Comparo esta lógica con caminar sobre las vías del tren. Cuando ves un tren de alta velocidad que se acerca a 60 millas por hora, la única opción es salir inmediatamente de las vías. Nadie sería tan tonto como para quedarse allí esperando que pase el tren. Primero debes alejarte del peligro, esperar a que el tren pase completamente y confirmar que está lejos, y luego considerar volver.

La esencia del trading es igual. Cuando llega el riesgo, la estrategia más inteligente es simplemente sobrevivir. Aquellos que creen que pueden aguantar, a menudo son eliminados en una sola ola del mercado. En cambio, quienes saben reconocer la derrota a tiempo y ajustarse con flexibilidad, pueden sobrevivir mucho más en el mercado.