El reciente auge del sector de metales no ferrosos no se debe a una mejora en los fundamentos o a presiones de oferta, sino que está altamente vinculado a la ola de tecnología AI. Esto ha llevado a que activos relacionados como el cobre muestren un rendimiento especialmente fuerte dentro del sector de metales no ferrosos — son los amplificadores de inversión bajo la narrativa de AI.

Pero aquí hay un problema fatal: la alta correlación es una espada de doble filo. Una vez que el concepto de AI sufra una corrección o retroceso, el cobre seguramente no podrá evitarlo, y la reacción será aún más intensa. Por lo tanto, los fondos que siguen completamente la tendencia de la ola de AI también serán los primeros en caer.

En comparación, activos tradicionales de refugio como el oro y la plata son realmente armas defensivas. No dependen de ninguna narrativa única y, en cambio, suelen ser las opciones más estables durante períodos de incertidumbre y liberación de riesgos. Frente a las variables futuras, son estos activos que parecen "discretos" los que ofrecen a los inversores la mayor certeza.