Muchos caen en un ciclo vicioso: pérdidas flotantes en la cuenta → colapso de la mentalidad → comienzan a operar con frecuencia → pérdidas severas y vuelven a casa. A simple vista parece un problema de pérdidas, pero en realidad la raíz está en otro lugar.

¿Has notado? Cuando más gastas, no suele ser porque hayas malinterpretado el mercado, sino porque te enojas por las pérdidas. Ver cómo se reduce tu cuenta te pone nervioso, quieres recuperarlo todo de una vez, pero las comisiones se llevan una y otra vez, y no logras mantener tus criptomonedas. El mercado nunca perdona a los impacientes. Cuanto más quieres recuperar rápido, más te enredas y te hundes más profundo.

Operar con frecuencia en realidad es una forma de auto castigo. Cada operación implica transferir fondos a la bolsa y a los creadores de mercado, mientras que tu capital propio se va consumiendo poco a poco. Esto no es trading, es una rabieta.

¿Y qué hacer? La solución en realidad es bastante sencilla. O bien estableces un stop-loss y lo ejecutas con seriedad, sin piedad. O bien esperas con calma la rebote, pero nunca cambies de plan cuando estás en pérdidas. Lo más importante es que, cuando comiences a preocuparte demasiado, te detengas. Espera a que tu mentalidad se calme y tu cabeza esté clara, y entonces decides si seguir o no. A veces, no hacer nada es la operación más correcta.