El Bitcoin mostrará un rendimiento diferente en 2024-25. Hasta noviembre de 2024, BTC ha superado los $93,000, muy por encima del punto de partida de $40,000 a principios de año, con una subida del 132%. Esta ola de mercado alcista en el crypto market no solo ha creado nuevos máximos históricos, sino que lo más importante es que marca la apertura de una era en la que el capital institucional entra de manera masiva.
A diferencia de las tendencias impulsadas por el entusiasmo minorista en el pasado, los principales impulsores actuales son institucionales: la SEC de EE. UU. aprobó en enero de 2024 un ETF de Bitcoin al contado, atrayendo en pocos meses más de $2.8 mil millones en flujos de capital. La continua acumulación por parte de gigantes como BlackRock, MicroStrategy, entre otros, ha reescrito por completo la oferta de Bitcoin: una gran cantidad de BTC está bloqueada en carteras institucionales, reduciendo significativamente la circulación en el mercado.
¿Cómo la innovación institucional está redefiniendo el panorama del mercado?
Los datos más recientes muestran que el tamaño de gestión de los ETFs de Bitcoin a nivel mundial ya supera al de los ETFs de oro. ¿Qué significa este umbral? Un activo que antes era cuestionado por reguladores y despreciado por las finanzas tradicionales, ha obtenido una posición “ortodoxa” equivalente a la del oro.
El contexto de este cambio institucional es claro. A finales de 2024, el cambio en el escenario político en EE. UU. sienta las bases para políticas pro-crypto, incluso con propuestas en el Congreso para incluir a Bitcoin en las reservas estratégicas nacionales. Ideas que antes estaban en la zona de la utopía, ahora están en la agenda legislativa. En contraste, países como El Salvador y Bután ya han actuado: este último ha acumulado más de 13,000 BTC a través de su empresa de inversión estatal, convirtiéndose en uno de los principales tenedores gubernamentales a nivel mundial.
Los patrones de los ciclos alcistas anteriores y las diferencias con esta vez
Vamos a retroceder en el tiempo para entender la singularidad de 2024, revisando las tres grandes fases alcistas de Bitcoin.
2013: La primera prueba de despertar de los grassroots
Ese año, BTC subió de $145 en mayo a $1,200 en diciembre, un aumento del 730%. ¿Qué impulsó esta tendencia? La crisis bancaria en Chipre estimuló la exploración de activos descentralizados, además del descubrimiento colectivo en las comunidades en línea —una forma de dinero que no está controlada por los bancos centrales.
Pero esa época era vulnerable. Las brechas de seguridad en Mt. Gox provocaron un colapso del mercado, y en 2014 BTC cayó por debajo de $300, casi volviendo al punto de partida.
2017: La fiesta del ejército minorista
De $1,000 a casi $20,000, un aumento del 1,900%, parecía un número astronómico en ese momento. La fiebre ICO, la cobertura mediática, el FOMO… esta burbuja fue impulsada por los minoristas, y finalmente se desinfló cuando los inversores minoristas tomaron ganancias. A principios de 2018, BTC cayó un 84%, sumiendo al mercado en un bear market de más de dos años.
2020-2021: El primer paso de los institucionales
De $8,000 a $64,000 (y alcanzando incluso $69,000), un aumento del 700%, respaldado por un cambio cualitativo: MicroStrategy, Tesla, Square y otras empresas comenzaron a comprar BTC como parte de su estrategia de activos. Bitcoin pasó de ser un “juguete de geeks” a un “activo financiero”.
El ciclo de halving de Bitcoin también jugó un papel clave en esta fase. Cada cuatro años, la reducción a la mitad de la recompensa por bloque comprime la oferta, y tras el halving de 2020, la nueva oferta se redujo drásticamente, creando una “prima de escasez”. Históricamente, tras el halving de 2012, BTC subió un 5,200%; tras el de 2016, un 315%; y tras el de 2020, un 230%. Aunque la relación se ha debilitado, todavía existe un patrón.
2024-25: La sinfonía perfecta de tres factores
La actual tendencia combina tres catalizadores principales:
Primero, el acceso a ETFs. Los inversores ya no necesitan gestionar sus claves privadas con riesgos de seguridad, sino que pueden adquirir exposición a Bitcoin a través de corredores tradicionales. Este proceso simplificado libera la demanda institucional que antes estaba restringida por regulaciones.
En segundo lugar, el evento de halving. La cuarta reducción en 2024 confirma una vez más esta periodicidad, generando un efecto de retroalimentación positiva entre la presión de oferta y las expectativas de precio.
Y en tercer lugar, el ciclo político. La postura favorable del nuevo gobierno hacia las criptomonedas ya no es una broma, sino una política posible. La discusión sobre una Reserva Estratégica de Bitcoin pasa de ser un sueño a una propuesta concreta.
¿El resultado? Aunque en noviembre el aumento mensual fue solo del 1.33%, esta fase “suave” indica que el mercado ha entrado en una etapa de valoración institucional —ya no es una subida meteórica, sino un ascenso estable.
El significado real de las señales en la cadena
Desde los datos en blockchain, lo que destaca en esta fase es:
La cantidad de direcciones con Bitcoin alcanza los 55,1 millones, un máximo histórico. Pero la proporción de grandes tenedores (ballenas) aumenta, indicando que la riqueza se concentra en instituciones. La reserva de BTC en exchanges continúa disminuyendo, lo que sugiere que más personas prefieren mantener a largo plazo en lugar de comerciar. La entrada de stablecoins en exchanges alcanza niveles récord, mostrando que los participantes del mercado tienen suficiente capital para comprar, pero aún no están en modo de compra agresiva —esto refleja un mercado maduro.
El próximo momento clave
Se espera que la quinta reducción a la mitad de Bitcoin ocurra en 2028. ¿Qué podemos esperar antes de eso?
En el plano técnico, la activación de soluciones de escalabilidad como OP_CAT podría permitir que Bitcoin soporte contratos inteligentes más complejos, atrayendo migraciones de aplicaciones DeFi. La evolución de ser solo un “depósito de valor” a convertirse en una “plataforma de cálculo” ampliará enormemente sus casos de uso.
En el ámbito político, más países podrían seguir el ejemplo de El Salvador, incorporando Bitcoin en sus reservas de divisas. Si EE. UU. compra oficialmente, la tendencia de los bancos centrales a nivel global será solo cuestión de tiempo.
En el mercado, la correlación entre Bitcoin y el oro seguirá disminuyendo —no será una versión 2.0 del oro, sino una clase de activo independiente. Esto significa que en tiempos de incertidumbre económica global, Bitcoin podría comportarse de forma independiente o incluso en sentido contrario.
Factores de riesgo que no se deben ignorar
No obstante, el escenario optimista también tiene sus vulnerabilidades.
El apalancamiento excesivo en minoristas podría desencadenar caídas rápidas. Aunque los institucionales ya son los principales actores, el FOMO minorista aún puede generar volatilidad intensa en ciertos momentos. Desde noviembre, aunque BTC subió solo un 1.33%, la volatilidad intradía aún se acerca a los $2,500.
El riesgo regulatorio sigue presente a largo plazo. Incluso con un entorno político favorable, cualquier incidente de seguridad o acusación de manipulación del mercado puede desencadenar nuevas investigaciones.
Las controversias ambientales, aunque mitigadas, no desaparecen. La tensión entre la entrada de fondos ESG y los problemas de sostenibilidad en la minería aún no tiene una resolución clara.
La competencia de plataformas como Ethereum también es una amenaza. Cuando las soluciones Layer-2 maduren completamente, la ventaja funcional de Ethereum podría desviar fondos institucionales de Bitcoin.
Cómo prepararse para la próxima tendencia
Para los inversores, estos puntos son clave:
Monitorear eventos clave. Ciclos de halving, políticas gubernamentales, aprobación de ETFs, incidentes de seguridad —son puntos de inflexión del mercado.
Diversificar riesgos. No poner todos los huevos en una sola cesta, incluso si se confía en Bitcoin. Incluir otros criptoactivos y activos tradicionales.
Elegir canales confiables. Participar a través de exchanges regulados como Gate.io, Coinbase, en lugar de OTC o plataformas menores.
Comprender tu tolerancia al riesgo. La volatilidad de Bitcoin, aunque menor que antes, sigue siendo alta comparada con activos tradicionales. Las estrategias de trading a corto plazo y de inversión a largo plazo son diferentes.
Aprender análisis técnico. Indicadores como RSI, MACD, Bandas de Bollinger no predicen el mercado, pero ayudan a identificar extremos de sobrecompra o sobreventa.
Conclusión: ciclos y realidad
La historia de Bitcoin es una historia de avances en ciclos. Desde los $1,200 en 2013, pasando por los $20,000 en 2017, hasta los $69,000 en 2021, cada pico fue presentado como el “fin del camino”. Y cada vez, la opinión generalizada fue que “no podía subir más”.
Ahora estamos en $93,000, con un 35% de margen para alcanzar el último ATH. ¿Cuál será el próximo extremo? ¿$120,000? ¿$150,000? Nadie puede predecirlo con certeza.
Pero lo que sí es seguro es que esta bull run en el crypto market no es una repetición de la especulación tradicional, sino una continuación de la institucionalización financiera. En este contexto, la posición a largo plazo de Bitcoin ya está consolidada. Las subidas y bajadas a corto plazo son solo ruido. Para los inversores preparados, entender estos ciclos y respetar estos riesgos es el camino correcto hacia la riqueza.
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Nueva interpretación del ciclo alcista de Bitcoin: desde los avances institucionales en 2024, observando las leyes históricas
El Bitcoin mostrará un rendimiento diferente en 2024-25. Hasta noviembre de 2024, BTC ha superado los $93,000, muy por encima del punto de partida de $40,000 a principios de año, con una subida del 132%. Esta ola de mercado alcista en el crypto market no solo ha creado nuevos máximos históricos, sino que lo más importante es que marca la apertura de una era en la que el capital institucional entra de manera masiva.
A diferencia de las tendencias impulsadas por el entusiasmo minorista en el pasado, los principales impulsores actuales son institucionales: la SEC de EE. UU. aprobó en enero de 2024 un ETF de Bitcoin al contado, atrayendo en pocos meses más de $2.8 mil millones en flujos de capital. La continua acumulación por parte de gigantes como BlackRock, MicroStrategy, entre otros, ha reescrito por completo la oferta de Bitcoin: una gran cantidad de BTC está bloqueada en carteras institucionales, reduciendo significativamente la circulación en el mercado.
¿Cómo la innovación institucional está redefiniendo el panorama del mercado?
Los datos más recientes muestran que el tamaño de gestión de los ETFs de Bitcoin a nivel mundial ya supera al de los ETFs de oro. ¿Qué significa este umbral? Un activo que antes era cuestionado por reguladores y despreciado por las finanzas tradicionales, ha obtenido una posición “ortodoxa” equivalente a la del oro.
El contexto de este cambio institucional es claro. A finales de 2024, el cambio en el escenario político en EE. UU. sienta las bases para políticas pro-crypto, incluso con propuestas en el Congreso para incluir a Bitcoin en las reservas estratégicas nacionales. Ideas que antes estaban en la zona de la utopía, ahora están en la agenda legislativa. En contraste, países como El Salvador y Bután ya han actuado: este último ha acumulado más de 13,000 BTC a través de su empresa de inversión estatal, convirtiéndose en uno de los principales tenedores gubernamentales a nivel mundial.
Los patrones de los ciclos alcistas anteriores y las diferencias con esta vez
Vamos a retroceder en el tiempo para entender la singularidad de 2024, revisando las tres grandes fases alcistas de Bitcoin.
2013: La primera prueba de despertar de los grassroots
Ese año, BTC subió de $145 en mayo a $1,200 en diciembre, un aumento del 730%. ¿Qué impulsó esta tendencia? La crisis bancaria en Chipre estimuló la exploración de activos descentralizados, además del descubrimiento colectivo en las comunidades en línea —una forma de dinero que no está controlada por los bancos centrales.
Pero esa época era vulnerable. Las brechas de seguridad en Mt. Gox provocaron un colapso del mercado, y en 2014 BTC cayó por debajo de $300, casi volviendo al punto de partida.
2017: La fiesta del ejército minorista
De $1,000 a casi $20,000, un aumento del 1,900%, parecía un número astronómico en ese momento. La fiebre ICO, la cobertura mediática, el FOMO… esta burbuja fue impulsada por los minoristas, y finalmente se desinfló cuando los inversores minoristas tomaron ganancias. A principios de 2018, BTC cayó un 84%, sumiendo al mercado en un bear market de más de dos años.
2020-2021: El primer paso de los institucionales
De $8,000 a $64,000 (y alcanzando incluso $69,000), un aumento del 700%, respaldado por un cambio cualitativo: MicroStrategy, Tesla, Square y otras empresas comenzaron a comprar BTC como parte de su estrategia de activos. Bitcoin pasó de ser un “juguete de geeks” a un “activo financiero”.
El ciclo de halving de Bitcoin también jugó un papel clave en esta fase. Cada cuatro años, la reducción a la mitad de la recompensa por bloque comprime la oferta, y tras el halving de 2020, la nueva oferta se redujo drásticamente, creando una “prima de escasez”. Históricamente, tras el halving de 2012, BTC subió un 5,200%; tras el de 2016, un 315%; y tras el de 2020, un 230%. Aunque la relación se ha debilitado, todavía existe un patrón.
2024-25: La sinfonía perfecta de tres factores
La actual tendencia combina tres catalizadores principales:
Primero, el acceso a ETFs. Los inversores ya no necesitan gestionar sus claves privadas con riesgos de seguridad, sino que pueden adquirir exposición a Bitcoin a través de corredores tradicionales. Este proceso simplificado libera la demanda institucional que antes estaba restringida por regulaciones.
En segundo lugar, el evento de halving. La cuarta reducción en 2024 confirma una vez más esta periodicidad, generando un efecto de retroalimentación positiva entre la presión de oferta y las expectativas de precio.
Y en tercer lugar, el ciclo político. La postura favorable del nuevo gobierno hacia las criptomonedas ya no es una broma, sino una política posible. La discusión sobre una Reserva Estratégica de Bitcoin pasa de ser un sueño a una propuesta concreta.
¿El resultado? Aunque en noviembre el aumento mensual fue solo del 1.33%, esta fase “suave” indica que el mercado ha entrado en una etapa de valoración institucional —ya no es una subida meteórica, sino un ascenso estable.
El significado real de las señales en la cadena
Desde los datos en blockchain, lo que destaca en esta fase es:
La cantidad de direcciones con Bitcoin alcanza los 55,1 millones, un máximo histórico. Pero la proporción de grandes tenedores (ballenas) aumenta, indicando que la riqueza se concentra en instituciones. La reserva de BTC en exchanges continúa disminuyendo, lo que sugiere que más personas prefieren mantener a largo plazo en lugar de comerciar. La entrada de stablecoins en exchanges alcanza niveles récord, mostrando que los participantes del mercado tienen suficiente capital para comprar, pero aún no están en modo de compra agresiva —esto refleja un mercado maduro.
El próximo momento clave
Se espera que la quinta reducción a la mitad de Bitcoin ocurra en 2028. ¿Qué podemos esperar antes de eso?
En el plano técnico, la activación de soluciones de escalabilidad como OP_CAT podría permitir que Bitcoin soporte contratos inteligentes más complejos, atrayendo migraciones de aplicaciones DeFi. La evolución de ser solo un “depósito de valor” a convertirse en una “plataforma de cálculo” ampliará enormemente sus casos de uso.
En el ámbito político, más países podrían seguir el ejemplo de El Salvador, incorporando Bitcoin en sus reservas de divisas. Si EE. UU. compra oficialmente, la tendencia de los bancos centrales a nivel global será solo cuestión de tiempo.
En el mercado, la correlación entre Bitcoin y el oro seguirá disminuyendo —no será una versión 2.0 del oro, sino una clase de activo independiente. Esto significa que en tiempos de incertidumbre económica global, Bitcoin podría comportarse de forma independiente o incluso en sentido contrario.
Factores de riesgo que no se deben ignorar
No obstante, el escenario optimista también tiene sus vulnerabilidades.
El apalancamiento excesivo en minoristas podría desencadenar caídas rápidas. Aunque los institucionales ya son los principales actores, el FOMO minorista aún puede generar volatilidad intensa en ciertos momentos. Desde noviembre, aunque BTC subió solo un 1.33%, la volatilidad intradía aún se acerca a los $2,500.
El riesgo regulatorio sigue presente a largo plazo. Incluso con un entorno político favorable, cualquier incidente de seguridad o acusación de manipulación del mercado puede desencadenar nuevas investigaciones.
Las controversias ambientales, aunque mitigadas, no desaparecen. La tensión entre la entrada de fondos ESG y los problemas de sostenibilidad en la minería aún no tiene una resolución clara.
La competencia de plataformas como Ethereum también es una amenaza. Cuando las soluciones Layer-2 maduren completamente, la ventaja funcional de Ethereum podría desviar fondos institucionales de Bitcoin.
Cómo prepararse para la próxima tendencia
Para los inversores, estos puntos son clave:
Monitorear eventos clave. Ciclos de halving, políticas gubernamentales, aprobación de ETFs, incidentes de seguridad —son puntos de inflexión del mercado.
Diversificar riesgos. No poner todos los huevos en una sola cesta, incluso si se confía en Bitcoin. Incluir otros criptoactivos y activos tradicionales.
Elegir canales confiables. Participar a través de exchanges regulados como Gate.io, Coinbase, en lugar de OTC o plataformas menores.
Comprender tu tolerancia al riesgo. La volatilidad de Bitcoin, aunque menor que antes, sigue siendo alta comparada con activos tradicionales. Las estrategias de trading a corto plazo y de inversión a largo plazo son diferentes.
Aprender análisis técnico. Indicadores como RSI, MACD, Bandas de Bollinger no predicen el mercado, pero ayudan a identificar extremos de sobrecompra o sobreventa.
Conclusión: ciclos y realidad
La historia de Bitcoin es una historia de avances en ciclos. Desde los $1,200 en 2013, pasando por los $20,000 en 2017, hasta los $69,000 en 2021, cada pico fue presentado como el “fin del camino”. Y cada vez, la opinión generalizada fue que “no podía subir más”.
Ahora estamos en $93,000, con un 35% de margen para alcanzar el último ATH. ¿Cuál será el próximo extremo? ¿$120,000? ¿$150,000? Nadie puede predecirlo con certeza.
Pero lo que sí es seguro es que esta bull run en el crypto market no es una repetición de la especulación tradicional, sino una continuación de la institucionalización financiera. En este contexto, la posición a largo plazo de Bitcoin ya está consolidada. Las subidas y bajadas a corto plazo son solo ruido. Para los inversores preparados, entender estos ciclos y respetar estos riesgos es el camino correcto hacia la riqueza.