El mundo de la inversión está experimentando una profunda transformación. Los últimos datos muestran que la generación más joven está invirtiendo en activos encriptados a más de tres veces la velocidad de la generación mayor. Esto no es solo una simple diferencia en la aversión al riesgo, sino que refleja una revisión completa de la forma en que se construye la riqueza.

¿Por qué los jóvenes están tan interesados en la encriptación? En pocas palabras, sienten que el camino tradicional está bloqueado. Los precios de la vivienda son absurdamente altos, los salarios aumentan lentamente y el mercado de valores tiene barreras de entrada altas; estas realidades los hacen sentir excluidos. Así que comienzan a buscar alternativas. Para ellos, la encriptación no es una herramienta especulativa, sino un canal de crecimiento de riqueza más flexible y accesible.

Hay expertos en la industria que afirman que el sistema financiero actual tiene muchos problemas: altas comisiones, transacciones lentas y un umbral bastante alto. Estos puntos críticos son un ejemplo perfecto de lo que los nuevos inversores, que buscan eficiencia, transparencia y descentralización, no quieren. Lo que necesitan son herramientas de asignación de activos que sean rápidas, de bajo costo y con reglas claras.

La esencia detrás de esto es el cambio en la percepción de la riqueza entre generaciones. La generación anterior suele acumular riqueza a través de 401k, bienes raíces y acciones blue-chip, mientras que la nueva generación está pensando en la asignación de activos de una manera completamente diferente. Ya no se aferran a las tres piezas tradicionales, sino que buscan opciones de inversión más diversas y eficientes. La aparición de activos encriptados ha llenado precisamente este vacío en la demanda intergeneracional.