En este mercado, no faltan personas que pasan la noche entera estudiando gráficos de velas, ni tampoco faltan los técnicos que se han leído los whitepapers hasta desgastarlos.
Pero lo curioso es que, al final, los que realmente ganan dinero no son precisamente los que más se esfuerzan a simple vista. Seguro que has visto esta situación a tu alrededor: alguien que no para de hablar de lograr la libertad financiera y, sin embargo, su saldo no deja de bajar.
Cuando el precio sube, no se atreven a entrar por miedo a ser los últimos; si baja un poco, se asustan y venden todo. Cuando finalmente hay un desplome real, creen que ha llegado la oportunidad, pero terminan comprando demasiado pronto.
¿Dónde está el problema? ¿Falta de técnica? ¿Falta de información? No. El núcleo del asunto es que han perdido completamente el ritmo. El mercado siempre está enviando señales, pero nadie les ha enseñado a identificarlas, a saber cuándo actuar y cuándo esperar.
He observado el patrón de muchos principiantes: no dejan de mirar la app de trading, hoy persiguen esta tendencia, mañana siguen aquella señal, hacen más de diez operaciones al día, sin parar como una peonza. Y al final, al hacer cuentas, les habría ido mejor simplemente trazando una línea de tendencia y esperando tranquilos.
Quienes sobreviven mucho tiempo en el mercado hace tiempo que dejaron de fiarse del instinto. Esperan a la señal; cuando llega, entran. Si se equivocan, cortan enseguida, sin pelearse con sí mismos.
Lo que llaman “hacer crecer la cuenta” no significa apostar todo a la suerte, sino utilizar solo parte de las ganancias para seguir operando, manteniendo siempre el capital principal en la mano, haciendo crecer la bola de nieve poco a poco. Cuando el mercado acompaña, aprovechan cada tramo; cuando no, esperan tranquilamente la siguiente oportunidad.
En realidad, lo que te falta no es capacidad, sino alguien que, en el momento clave, te eche una mano y te indique cuál es el siguiente paso.
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BearMarketSurvivor
· hace12h
Tienes toda la razón, he visto a demasiada gente "morir" por culpa de la palabra "estar ocupado". Todos los días moviendo los dedos frenéticamente, siguiendo señales y operaciones, y al final del mes no les queda ni rastro del capital, creyendo aún que están esforzándose. Los que realmente sobreviven son los que saben aguantar: esperan la señal, mantienen la disciplina y siempre conservan su capital. Con las expectativas de recorte de tipos de interés, es aún más fácil perder el rumbo; precisamente en estos momentos es cuando más hay que mantener la línea de suministro estable.
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MindsetExpander
· hace12h
Lo has dicho bien, de verdad que la mentalidad es más importante que la técnica. A mi alrededor, los que han ganado dinero son los que están tranquilos, mientras que los que miran la pantalla todo el día acaban perdiendo cada vez más.
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DefiOldTrickster
· hace12h
Joder, estas palabras me han llegado al alma. Ese colega mío se pasa el día gritando órdenes frente al gráfico de velas, y al final su rentabilidad ni se acerca a la mía reinvirtiendo tumbado, qué risa.
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ContractTearjerker
· hace12h
Lo digo con certeza, yo, que tiemblo todos los días, soy un libro de texto vivo; siempre ganan esos viejos zorros que no miran el mercado.
En este mercado, no faltan personas que pasan la noche entera estudiando gráficos de velas, ni tampoco faltan los técnicos que se han leído los whitepapers hasta desgastarlos.
Pero lo curioso es que, al final, los que realmente ganan dinero no son precisamente los que más se esfuerzan a simple vista. Seguro que has visto esta situación a tu alrededor: alguien que no para de hablar de lograr la libertad financiera y, sin embargo, su saldo no deja de bajar.
Cuando el precio sube, no se atreven a entrar por miedo a ser los últimos; si baja un poco, se asustan y venden todo. Cuando finalmente hay un desplome real, creen que ha llegado la oportunidad, pero terminan comprando demasiado pronto.
¿Dónde está el problema? ¿Falta de técnica? ¿Falta de información? No. El núcleo del asunto es que han perdido completamente el ritmo. El mercado siempre está enviando señales, pero nadie les ha enseñado a identificarlas, a saber cuándo actuar y cuándo esperar.
He observado el patrón de muchos principiantes: no dejan de mirar la app de trading, hoy persiguen esta tendencia, mañana siguen aquella señal, hacen más de diez operaciones al día, sin parar como una peonza. Y al final, al hacer cuentas, les habría ido mejor simplemente trazando una línea de tendencia y esperando tranquilos.
Quienes sobreviven mucho tiempo en el mercado hace tiempo que dejaron de fiarse del instinto. Esperan a la señal; cuando llega, entran. Si se equivocan, cortan enseguida, sin pelearse con sí mismos.
Lo que llaman “hacer crecer la cuenta” no significa apostar todo a la suerte, sino utilizar solo parte de las ganancias para seguir operando, manteniendo siempre el capital principal en la mano, haciendo crecer la bola de nieve poco a poco. Cuando el mercado acompaña, aprovechan cada tramo; cuando no, esperan tranquilamente la siguiente oportunidad.
En realidad, lo que te falta no es capacidad, sino alguien que, en el momento clave, te eche una mano y te indique cuál es el siguiente paso.