La carrera armamentista de la IA acaba de alcanzar otro nivel. Google soltó Gemini 3 al ring, lanzando golpes directamente a la dominancia de OpenAI. Esto ya no se trata solo de chatbots; se trata de quién controla la infraestructura que alimentará aplicaciones descentralizadas, contratos inteligentes y la próxima ola de innovación Web3. Cuando los gigantes tecnológicos chocan así, los desarrolladores ganan. Más competencia significa mejores herramientas, llamadas a la API más baratas y una integración más rápida para proyectos de blockchain que buscan añadir IA a sus plataformas. Mantén tus ojos en cómo se desarrolla esto, porque quien gane esta ronda tendrá el poder de escribir las reglas para aplicaciones cripto impulsadas por IA.