Eduardo Saverin entró en la oficina de Facebook esperando discutir la estrategia como CFO. Salió como un fantasma en su propia empresa.
Los números cuentan la verdadera historia: Saverin había invertido un capital serio y esfuerzo, poseyendo el 34.4% de la empresa. Para cuando el nuevo acuerdo de accionistas llegó a su escritorio, esa participación se había evaporado matemáticamente a 0.03%—una dilución tan agresiva que hizo que su inversión inicial fuera casi irrelevante.
Este no fue un trato justo. Esto ni siquiera fue transparencia. Fue un movimiento calculado, ejecutado por la misma persona en la que Saverin había confiado para construir esto juntos.
¿Qué salió mal:
Saverin se centró en el negocio; Zuckerberg se centró en el control
Las estructuras de capital pueden ser utilizadas como armas si no estás prestando atención.
La amistad temprana ≠ protección cuando las dinámicas de poder cambian
¿La ironía? La apuesta temprana de Saverin eventualmente lo hizo rico (La salida a bolsa de Facebook ocurrió ), pero fue marginado mucho antes de que llegara ese pago. Se perdió todo el viaje de lo que ayudó a comenzar.
La lección para los fundadores: Nunca dejes que alguien más tenga el control de tus documentos de capital. La confianza es buena. Los contratos son mejores.
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Cómo Mark Zuckerberg expulsó silenciosamente al primer CFO de Facebook
Eduardo Saverin entró en la oficina de Facebook esperando discutir la estrategia como CFO. Salió como un fantasma en su propia empresa.
Los números cuentan la verdadera historia: Saverin había invertido un capital serio y esfuerzo, poseyendo el 34.4% de la empresa. Para cuando el nuevo acuerdo de accionistas llegó a su escritorio, esa participación se había evaporado matemáticamente a 0.03%—una dilución tan agresiva que hizo que su inversión inicial fuera casi irrelevante.
Este no fue un trato justo. Esto ni siquiera fue transparencia. Fue un movimiento calculado, ejecutado por la misma persona en la que Saverin había confiado para construir esto juntos.
¿Qué salió mal:
¿La ironía? La apuesta temprana de Saverin eventualmente lo hizo rico (La salida a bolsa de Facebook ocurrió ), pero fue marginado mucho antes de que llegara ese pago. Se perdió todo el viaje de lo que ayudó a comenzar.
La lección para los fundadores: Nunca dejes que alguien más tenga el control de tus documentos de capital. La confianza es buena. Los contratos son mejores.