Comercio de criptomonedas en su octavo año, para ser honesto, el saldo no ha subido mucho, pero la mentalidad realmente ha cambiado.
Cada vez que hay una gran caída, parece el fin del mundo, Estuve vigilando el mercado hasta las tres de la mañana, con la alarma de liquidación sonando en mis oídos, insomnio y ansiedad, inquieto, ni siquiera puedo comer.
Pero realmente he tenido una epifanía en estos dos años. Si el mercado está mal, apaga el teléfono. Si no funciona, espera cuatro años más, ya que este círculo no es así desde el primer día. Ahora es: poder comer y beber, vivir está bien, no te tortures más por las fluctuaciones.
Ya no gasto el dinero de mi vida en apostar en el mercado, tampoco se desafiará a sí mismo con altos multiplicadores de apalancamiento.
En estos tiempos, la mentalidad vale más que la cuenta. Comercio de criptomonedas, además de cultivar el corazón
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Comercio de criptomonedas en su octavo año, para ser honesto, el saldo no ha subido mucho, pero la mentalidad realmente ha cambiado.
Cada vez que hay una gran caída, parece el fin del mundo,
Estuve vigilando el mercado hasta las tres de la mañana, con la alarma de liquidación sonando en mis oídos, insomnio y ansiedad, inquieto, ni siquiera puedo comer.
Pero realmente he tenido una epifanía en estos dos años.
Si el mercado está mal, apaga el teléfono. Si no funciona, espera cuatro años más, ya que este círculo no es así desde el primer día.
Ahora es: poder comer y beber, vivir está bien, no te tortures más por las fluctuaciones.
Ya no gasto el dinero de mi vida en apostar en el mercado,
tampoco se desafiará a sí mismo con altos multiplicadores de apalancamiento.
En estos tiempos, la mentalidad vale más que la cuenta.
Comercio de criptomonedas, además de cultivar el corazón