George Soros, un nombre que resuena en los pasillos del poder financiero mundial. No solo “quebró” al Banco de Inglaterra en 1992, sino que se embolsó mil millones con una sola operación. Su visión para detectar debilidades en los mercados globales me parece casi sobrenatural, aunque algunos dirían que sus conexiones políticas le dan ventajas que los demás no tenemos.
Mark Minervini conquistó el Campeonato de Traders estadounidense dos veces, la última con un asombroso 334,8% de rentabilidad. Su obsesión por los patrones técnicos roza lo enfermizo, pero diablos, ¡funciona! Me pregunto cuántas noches sin dormir le habrá costado ese rendimiento.
Jim Simmons, ese matemático convertido en mago financiero, ha mantenido un 66% anualizado durante cuatro décadas. ¡Cuarenta años! Mientras nosotros intentamos descifrar gráficos, él creó algoritmos que prácticamente imprimen dinero. La brecha entre su genio y el trader promedio es simplemente desmoralizadora.
Ed Seykota revolucionó el trading algorítmico cuando muchos ni siquiera teníamos computadoras. Su 60% anual durante 30 años hace que mis resultados parezcan patéticos. Su enfoque en gestión de riesgo es legendario, aunque pocos pueden replicar su disciplina férrea.
Ray Dalio fundó uno de los mayores fondos de cobertura del planeta. Mientras dona millones a causas benéficas, su visión a largo plazo le ha permitido acumular una fortuna obscena. Sus estrategias son brillantes, pero me pregunto si realmente alguien debería tener tanto poder sobre los mercados mundiales.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Los cinco maestros del mercado financiero que debes conocer
George Soros, un nombre que resuena en los pasillos del poder financiero mundial. No solo “quebró” al Banco de Inglaterra en 1992, sino que se embolsó mil millones con una sola operación. Su visión para detectar debilidades en los mercados globales me parece casi sobrenatural, aunque algunos dirían que sus conexiones políticas le dan ventajas que los demás no tenemos.
Mark Minervini conquistó el Campeonato de Traders estadounidense dos veces, la última con un asombroso 334,8% de rentabilidad. Su obsesión por los patrones técnicos roza lo enfermizo, pero diablos, ¡funciona! Me pregunto cuántas noches sin dormir le habrá costado ese rendimiento.
Jim Simmons, ese matemático convertido en mago financiero, ha mantenido un 66% anualizado durante cuatro décadas. ¡Cuarenta años! Mientras nosotros intentamos descifrar gráficos, él creó algoritmos que prácticamente imprimen dinero. La brecha entre su genio y el trader promedio es simplemente desmoralizadora.
Ed Seykota revolucionó el trading algorítmico cuando muchos ni siquiera teníamos computadoras. Su 60% anual durante 30 años hace que mis resultados parezcan patéticos. Su enfoque en gestión de riesgo es legendario, aunque pocos pueden replicar su disciplina férrea.
Ray Dalio fundó uno de los mayores fondos de cobertura del planeta. Mientras dona millones a causas benéficas, su visión a largo plazo le ha permitido acumular una fortuna obscena. Sus estrategias son brillantes, pero me pregunto si realmente alguien debería tener tanto poder sobre los mercados mundiales.