Ahora el movimiento del dólar es casi una copia del modelo de 2017: en ese momento, las posiciones en corto del mercado estaban demasiado concentradas, lo que resultó en un bombeo del dólar a corto plazo, pero al final comenzó a debilitarse.

Ahora parece que el dólar también está a punto de llegar a su fin, puede que suba un poco más antes de enfrentar una última caída. Esa caída, de hecho, sería algo bueno, ya que permitiría que el ambiente financiero se relaje nuevamente, sentando las bases para el mercado de activos antes de 2026, siempre que las tasas de interés no suban de repente.
El ritmo de la liquidez global (M2) es muy similar al de 2017: una desaceleración inicial, una breve pausa y luego una nueva aceleración de la expansión. Una vez que la liquidez de ese año se reactivó, desató directamente un gran mercado en el sector de las criptomonedas. Si este ritmo se repite, es muy probable que también se produzca un rebote impulsado por la liquidez similar, y temporalmente se ajusta perfectamente a los patrones estacionales.
El ritmo del Bitcoin ha replicado casi exactamente la trayectoria de 2017: de septiembre a diciembre de ese año fue un período de fuerte subida, seguido de una corrección acompañada de la caída de M2. El ritmo de este año es muy similar, solo que el aumento no es tan exagerado, pero la estructura es muy parecida: sigue siendo "mercado invernal".
Así que surge la pregunta, ¿prefieres que el mercado alcance pronto su punto máximo y comience un mercado bajista, para poder comprar en el fondo? ¿O prefieres que el mercado alcista se extienda un poco más, para que la tendencia tenga una última ola?

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