Sei sigue apilando mejoras sobre su reputación como la cadena más rápida, y este último paso se siente como uno de los más prácticos hasta ahora.

@SeiNetwork ha incorporado la infraestructura de orquestación de Biconomy, ofreciendo a los desarrolladores una forma de simplificar cómo se construyen las aplicaciones y cómo los usuarios interactúan con ellas en $SEI.

Por lo general, construir transacciones de múltiples pasos a través de protocolos es torpe.

Necesitas contratos separados, múltiples firmas de usuarios y una gestión cuidadosa del gas.

Cada una de estas piezas crea fricción, ralentiza el desarrollo y hace que la experiencia del usuario final sea más difícil de lo que debería ser.

Con la API de Supertransaction de Biconomy, todo eso puede ejecutarse a través de una sola firma.

Los flujos de trabajo que normalmente requieren varios pasos, como el agrupamiento, los movimientos entre cadenas o el gas patrocinado, ahora se manejan tras bambalinas.

La historia más grande aquí es que los desarrolladores no tienen que reconstruir integraciones desde cero.

Debido a que Biconomy ya se conecta a más de 50 protocolos, los constructores de Sei pueden conectarse a una API unificada en lugar de escribir contratos personalizados cada vez.

Eso significa ciclos de envío más rápidos, lanzamientos de productos más fluidos y experiencias más pulidas desde el primer día.

Para Sei, esto es importante porque la velocidad por sí sola no garantiza la adopción.

El mercado está lleno de cadenas rápidas, pero muchas no logran atraer aplicaciones estables porque los desarrolladores se quedan manejando la complejidad por su cuenta.

Al combinar un rendimiento bruto con herramientas de orquestación listas para usar, Sei reduce la barrera para los creadores y eleva el techo de lo que es posible.

En la práctica, esto podría ser el puente entre Sei siendo vista solo como una cadena de alta capacidad y Sei convirtiéndose en la cadena donde los usuarios realmente interactúan con DeFi y aplicaciones cross-chain sin fricciones.

Cambia la conversación de benchmarks a usabilidad, y ese es un paso crítico para convertir la infraestructura en un ecosistema.