Japón encabeza la lista con una impresionante puntuación promedio de IQ de 106.48, seguido de cerca por Taiwán con 106.47 y Singapur con 105.9. Como alguien que ha estudiado estos patrones, me sorprende cómo los países de Asia Oriental dominan los primeros lugares: ¡Japón, Taiwán, Singapur, Hong Kong, China y Corea del Sur están todos en el top seis!
Es casi sospechoso cómo estos países se agrupan. Siempre me he preguntado si hay algo en sus sistemas educativos que eleva estos números, o si estamos perdiendo algo en cómo se mide el IQ a través de diferentes culturas. La obsesión occidental con las pruebas estandarizadas probablemente sesga estos resultados de todos modos.
Cuando miro estas clasificaciones, no puedo evitar notar cómo el llamado "Occidente desarrollado" se queda atrás. EE. UU. ocupa un mediocre 29° lugar con 97.4 - ¡no exactamente el estatus "excepcional" que los estadounidenses aman reclamar! Incluso el Reino Unido apenas rompe el top 20.
Lo que realmente me molesta es cómo se utilizan estas cifras como armas. Algunos las usan para promover teorías raciales perjudiciales, mientras que otros las desestiman por completo. La verdad está en algún lugar intermedio: estas puntuaciones reflejan interacciones complejas entre los sistemas educativos, los valores culturales, el desarrollo económico y la nutrición.
Habiendo vivido en varios países de esta lista, he visto de primera mano cómo difieren las prioridades educativas. La intensa presión académica en Asia Oriental puede producir puntajes de exámenes más altos, pero ¿a qué costo psicológico? Muchos sistemas occidentales priorizan la creatividad y el pensamiento independiente sobre la memorización mecánica.
Estos rankings deberían hacernos cuestionar qué significa realmente la inteligencia, no solo aceptarlos como medidas definitivas del valor nacional. La metodología de Lynn y Becker ha sido muy criticada por muchos investigadores por problemas de muestreo y sesgo cultural.
En resumen: datos interesantes, ¡pero tómalo con una enorme pizca de sal!
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Clasificación Global de IQ: Asia Oriental Lidera el Grupo
Japón encabeza la lista con una impresionante puntuación promedio de IQ de 106.48, seguido de cerca por Taiwán con 106.47 y Singapur con 105.9. Como alguien que ha estudiado estos patrones, me sorprende cómo los países de Asia Oriental dominan los primeros lugares: ¡Japón, Taiwán, Singapur, Hong Kong, China y Corea del Sur están todos en el top seis!
Es casi sospechoso cómo estos países se agrupan. Siempre me he preguntado si hay algo en sus sistemas educativos que eleva estos números, o si estamos perdiendo algo en cómo se mide el IQ a través de diferentes culturas. La obsesión occidental con las pruebas estandarizadas probablemente sesga estos resultados de todos modos.
Cuando miro estas clasificaciones, no puedo evitar notar cómo el llamado "Occidente desarrollado" se queda atrás. EE. UU. ocupa un mediocre 29° lugar con 97.4 - ¡no exactamente el estatus "excepcional" que los estadounidenses aman reclamar! Incluso el Reino Unido apenas rompe el top 20.
Lo que realmente me molesta es cómo se utilizan estas cifras como armas. Algunos las usan para promover teorías raciales perjudiciales, mientras que otros las desestiman por completo. La verdad está en algún lugar intermedio: estas puntuaciones reflejan interacciones complejas entre los sistemas educativos, los valores culturales, el desarrollo económico y la nutrición.
Habiendo vivido en varios países de esta lista, he visto de primera mano cómo difieren las prioridades educativas. La intensa presión académica en Asia Oriental puede producir puntajes de exámenes más altos, pero ¿a qué costo psicológico? Muchos sistemas occidentales priorizan la creatividad y el pensamiento independiente sobre la memorización mecánica.
Estos rankings deberían hacernos cuestionar qué significa realmente la inteligencia, no solo aceptarlos como medidas definitivas del valor nacional. La metodología de Lynn y Becker ha sido muy criticada por muchos investigadores por problemas de muestreo y sesgo cultural.
En resumen: datos interesantes, ¡pero tómalo con una enorme pizca de sal!