La investigación de McKinsey muestra que, a pesar de tener una planificación estratégica detallada, más de dos tercios de las organizaciones no logran alcanzar los resultados esperados debido a la falta de capacidad de ejecución. Los problemas clave incluyen la incapacidad para comunicar eficazmente los objetivos estratégicos al equipo técnico, la falta de coordinación en el liderazgo y la insuficiencia de un marco de toma de decisiones en tiempo real. Los gerentes técnicos a menudo son promovidos por su experiencia en lugar de por su agudeza estratégica, lo que dificulta la conexión entre las tareas diarias y los objetivos más amplios. Gotara enfatiza que cerrar esta brecha a través de una orientación específica, indicadores claros y el desarrollo continuo de hábitos puede acelerar la ejecución de la estrategia y mejorar la coordinación organizacional.