Tras la implementación de la política, los mercados financieros globales se vieron sacudidos y los patrones de comercio internacional comenzaron a cambiar. Para EE. UU., el crecimiento económico enfrenta presiones a la baja, la inflación ha aumentado, los ajustes industriales están tensos y el mercado laboral se ve afectado, con reacciones públicas y políticas divididas. Para China, los volúmenes comerciales se redujeron, las estructuras de exportación cambiaron y las industrias se vieron afectadas; sin embargo, la política también impulsó la transformación económica y la diversificación del mercado. Para otras economías, la UE adoptó contramedidas y experimentó efectos multifacéticos; los países del sudeste asiático enfrentaron órdenes cambiantes y ambigüedad en las reglas de origen, pero también obtuvieron oportunidades de reubicación industrial.