Un esquema Ponzi, a veces denominado como “fondo de ayuda mutua”, “gestión fiduciaria de capital” o “gestión patrimonial virtual” (términos que pueden emplearse de forma engañosa), es en esencia una forma de fraude de inversión. Consiste en captar nuevos inversores mediante promesas de “altos rendimientos”, “riesgo cero” o “pagos diarios de rendimientos”. En lugar de generar beneficios reales, el sistema utiliza el dinero de los nuevos participantes para remunerar a los anteriores, provocando una circulación continua de fondos. Cuando cesa la entrada de capital, la plataforma colapsa, los promotores desaparecen y los inversores suelen perder la totalidad de su inversión.
Los esquemas Ponzi se sostienen principalmente mediante guiones de venta manipuladores y mensajes persuasivos.
Los operadores de estos fraudes suelen emplear argumentos estandarizados diseñados para disminuir la desconfianza de las potenciales víctimas. A continuación, se describen los tipos de mensajes más frecuentes:
Estos mensajes se centran en las promesas de “altos rendimientos”, apelando al deseo de conseguir beneficios rápidos.
Los promotores crean una falsa sensación de autoridad y hacen creer que se perderá una oportunidad si no se entra cuanto antes.
Estas frases insinúan que si no se invierte es por falta de determinación, presionando para actuar de forma impulsiva.
Los estafadores aprovechan la confianza y las relaciones personales para expandir estos esquemas.
Veamos el siguiente ejemplo real:
El señor Wang encontró una oportunidad de inversión en un grupo de WeChat donde se anunciaba una “rentabilidad diaria estable del 1,5%”. La persona que le presentó la oportunidad afirmaba: “Yo puse 50.000 dólares y ya he duplicado mi dinero”. Posteriormente, Wang accedió a un grupo de Telegram lleno de usuarios que publicaban capturas de pantalla mostrando sus beneficios. El administrador del grupo enviaba mensajes motivacionales cada día para crear un ambiente de ganancias fáciles. Tras realizar su primera inversión, Wang recibió los pagos puntualmente, lo que lo animó a invertir sumas cada vez mayores. A los pocos meses, la plataforma anunció de repente una “actualización del sistema”, suspendió todos los retiros y desapareció, dejando a Wang con pérdidas de varios cientos de miles de dólares.
Todo este proceso, que va desde las promesas de rentabilidad, los avales de conocidos y la manipulación psicológica en los chats de grupo, ejemplifica el manual clásico de actuación de un esquema Ponzi.
Algunas señales de alerta frecuentes en los esquemas Ponzi son:
Las tácticas de venta de los esquemas Ponzi pueden evolucionar, pero su esencia permanece: disfrazan el riesgo con promesas de “altos rendimientos”. Solo aumentando la concienciación, actuando con prudencia y evitando la codicia se puede proteger el patrimonio y la seguridad financiera.
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