Estaba en la parte trasera de un Uber.
El conductor preguntó qué hacía yo para trabajar.
"Invierto en altcoins," dije, desplazándome por Coingecko.
"Yo también," respondió.
Me reí en silencio para mis adentros.
"Supongo que no funcionó entonces," le dije.
"De hecho, sí lo hizo," respondió.
Miré hacia arriba.
Estaba en un Ferrari.
Íbamos a 120 mph por la carretera.
Luego miré al conductor.
Era Max Fiege.
Ver originalesEl conductor preguntó qué hacía yo para trabajar.
"Invierto en altcoins," dije, desplazándome por Coingecko.
"Yo también," respondió.
Me reí en silencio para mis adentros.
"Supongo que no funcionó entonces," le dije.
"De hecho, sí lo hizo," respondió.
Miré hacia arriba.
Estaba en un Ferrari.
Íbamos a 120 mph por la carretera.
Luego miré al conductor.
Era Max Fiege.