En la segunda mitad de 2025, la economía de Estados Unidos está atravesando su período más difícil desde la crisis financiera de 2008. En los primeros siete meses de este año, el número de quiebras de grandes empresas ha alcanzado las 446, cifra que no solo supera los niveles del pico de la pandemia de COVID-19 en 2020, sino que también rompe el récord de los últimos 15 años. Este fenómeno revela profundamente los problemas estructurales ocultos bajo la aparente prosperidad de la economía estadounidense.
La triple presión de altas tasas de interés, alta inflación y altos aranceles, junto con la continua contracción de la demanda de consumo, ha empujado a muchas empresas al borde de incumplimiento de deuda. Esta situación no solo afecta al mercado laboral, sino que también ha tenido un efecto dominó en la cadena de suministro global.
La característica de esta ola de quiebras radica en su amplitud y profundidad. No se limita a una industria específica, sino que abarca múltiples sectores clave como la industria, los bienes de consumo y la atención médica. Lo que es aún más preocupante es que la ola de quiebras empresariales está formando un ciclo vicioso que se agrava mutuamente con la crisis de deuda de los consumidores.
Según un informe conjunto de la Carta Kobeissi y S&P Global Market Intelligence, el número de quiebras de grandes empresas en los primeros siete meses de 2025 ha aumentado un 12% en comparación con el mismo período de 2020. Este dato no solo refleja la gravedad de la actual crisis económica, sino que también sugiere un riesgo sistémico potencial.
La alta deuda empresarial y la alta deuda familiar han exacerbado aún más la vulnerabilidad de la economía. Esta situación de 'doble alta' no solo limita el impulso del crecimiento económico, sino que también aumenta la inestabilidad del sistema financiero.
Esta ola de quiebras no es un evento aislado, sino el resultado inevitable de la acumulación prolongada de múltiples presiones económicas. Revela los profundos desafíos que enfrenta la economía estadounidense para hacer frente a la competencia global, los cambios tecnológicos y los ajustes de políticas. En el futuro, encontrar un equilibrio entre mantener la estabilidad económica y fomentar el crecimiento innovador será una importante prueba para los responsables de la toma de decisiones.
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CountdownToBroke
· 09-07 06:49
Otro grupo de empresas no puede pagar sus préstamos.
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AirdropHunterZhang
· 09-07 06:41
Ser engañados ocurre en cada época, esta ola de reinversión también se va a limpiar.
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MemecoinResearcher
· 09-07 06:41
alcista en las estadísticas de quiebras rn... ngmi wagmi?
En la segunda mitad de 2025, la economía de Estados Unidos está atravesando su período más difícil desde la crisis financiera de 2008. En los primeros siete meses de este año, el número de quiebras de grandes empresas ha alcanzado las 446, cifra que no solo supera los niveles del pico de la pandemia de COVID-19 en 2020, sino que también rompe el récord de los últimos 15 años. Este fenómeno revela profundamente los problemas estructurales ocultos bajo la aparente prosperidad de la economía estadounidense.
La triple presión de altas tasas de interés, alta inflación y altos aranceles, junto con la continua contracción de la demanda de consumo, ha empujado a muchas empresas al borde de incumplimiento de deuda. Esta situación no solo afecta al mercado laboral, sino que también ha tenido un efecto dominó en la cadena de suministro global.
La característica de esta ola de quiebras radica en su amplitud y profundidad. No se limita a una industria específica, sino que abarca múltiples sectores clave como la industria, los bienes de consumo y la atención médica. Lo que es aún más preocupante es que la ola de quiebras empresariales está formando un ciclo vicioso que se agrava mutuamente con la crisis de deuda de los consumidores.
Según un informe conjunto de la Carta Kobeissi y S&P Global Market Intelligence, el número de quiebras de grandes empresas en los primeros siete meses de 2025 ha aumentado un 12% en comparación con el mismo período de 2020. Este dato no solo refleja la gravedad de la actual crisis económica, sino que también sugiere un riesgo sistémico potencial.
La alta deuda empresarial y la alta deuda familiar han exacerbado aún más la vulnerabilidad de la economía. Esta situación de 'doble alta' no solo limita el impulso del crecimiento económico, sino que también aumenta la inestabilidad del sistema financiero.
Esta ola de quiebras no es un evento aislado, sino el resultado inevitable de la acumulación prolongada de múltiples presiones económicas. Revela los profundos desafíos que enfrenta la economía estadounidense para hacer frente a la competencia global, los cambios tecnológicos y los ajustes de políticas. En el futuro, encontrar un equilibrio entre mantener la estabilidad económica y fomentar el crecimiento innovador será una importante prueba para los responsables de la toma de decisiones.