Revisión del mercado de criptomonedas en la primera mitad de 2025 y perspectivas para la segunda mitad
I. Resumen
En la primera mitad de 2025, el entorno macroeconómico global sigue siendo altamente incierto. La Reserva Federal ha pausado varias veces las reducciones de tasas, lo que refleja que la política monetaria ha entrado en una fase de espera, mientras que el aumento de aranceles y la escalada de conflictos geopolíticos han desgarrado aún más la estructura de la aversión al riesgo global. Desde cinco dimensiones macroeconómicas, combinando datos en cadena y modelos financieros, se evalúan sistemáticamente las oportunidades y riesgos del mercado de encriptación en la segunda mitad del año y se proponen tres tipos de estrategias clave, cubriendo Bitcoin, el ecosistema de stablecoins y el sector de derivados DeFi.
II. Revisión del entorno macroeconómico global (primer semestre de 2025)
En la primera mitad de 2025, el panorama macroeconómico global continuará presentando múltiples características de incertidumbre. La falta de crecimiento, la inflación persistente, la ambigüedad en las perspectivas de política monetaria y la creciente tensión geopolítica han llevado a una contracción significativa en la aversión al riesgo global. La lógica dominante de la macroeconomía y la política monetaria ha evolucionado gradualmente de "control de la inflación" a "juego de señales" y "gestión de expectativas". El mercado de criptomonedas, como un campo de avanzada para los cambios en la liquidez global, también muestra en este entorno complejo una típica volatilidad sincrónica.
En cuanto a la trayectoria de la política de la Reserva Federal, a principios de 2025, el mercado había alcanzado un consenso sobre "tres recortes de tasas en el transcurso del año". Sin embargo, esta expectativa optimista se vio rápidamente afectada en la reunión del FOMC de marzo. Aunque la Reserva Federal no tomó ninguna medida, enfatizó que "la inflación aún no ha alcanzado el objetivo" y advirtió que el mercado laboral sigue siendo ajustado. Posteriormente, los índices de precios al consumidor (CPI) de abril y mayo superaron las expectativas, y la tasa de crecimiento interanual del PCE subyacente se mantuvo por encima del 3%, lo que refleja que "la inflación pegajosa" no ha disminuido como se esperaba.
Frente a la presión del aumento de la inflación, la Reserva Federal eligió nuevamente "pausar las bajadas de tasas" en la reunión de junio y redujo su expectativa de recortes de tasas para el año. Más crucial aún, la Reserva Federal insinuó que ha entrado en la fase de "dependencia de datos + observación y espera", lo que ha aumentado significativamente la incertidumbre sobre la trayectoria de la política.
Por otro lado, la primera mitad de 2025 presenta un fenómeno de "agudización de la división" entre la política fiscal y la política monetaria. El gobierno impulsa el proceso legislativo para la regulación de las stablecoins en dólares, intentando aprovechar la externalización de activos en dólares a través de productos de Web3 y tecnología financiera, logrando inyecciones de liquidez sin una expansión evidente del balance. Estas medidas de estabilización del crecimiento, dominadas por la fiscalidad, se desenganchan claramente de la dirección de la política monetaria de la Reserva Federal de "mantener altas las tasas de interés para controlar la inflación", lo que hace que la gestión de las expectativas del mercado se vuelva cada vez más compleja.
La política arancelaria se ha convertido en una de las variables dominantes del mercado global en la primera mitad del año. Desde mediados de abril, Estados Unidos ha impuesto una nueva ronda de aranceles que varían entre el 30% y el 50% sobre productos tecnológicos de alta gama, vehículos eléctricos y equipos de energía limpia provenientes de China. Estas medidas no son simplemente una represalia comercial, sino que tienen más la intención de generar presión inflacionaria a través de la "inflación importada", lo que obligaría a una reducción de tasas. En este contexto, la contradicción entre la estabilidad del crédito del dólar y el ancla de las tasas de interés ha salido a la luz.
Al mismo tiempo, el calentamiento geopolítico continuo ha tenido un impacto sustancial en el sentimiento del mercado. A principios de junio, Ucrania destruyó bombarderos estratégicos rusos, lo que provocó un intenso intercambio de palabras entre la OTAN y Rusia; en la región de Oriente Medio, la infraestructura petrolera clave de Arabia Saudita fue objeto de un supuesto ataque a finales de mayo, lo que llevó a una deterioración en las expectativas de suministro de petróleo crudo y el precio del crudo Brent superó los 130 dólares. Estos eventos geopolíticos no han impulsado un aumento sincronizado de Bitcoin y Ethereum, sino que han llevado a una gran afluencia de fondos de refugio hacia el oro y el mercado de bonos del Tesoro a corto plazo. Este cambio en la estructura del mercado indica que Bitcoin, en esta etapa, se considera más como un producto de negociación de liquidez, en lugar de un activo de refugio macroeconómico.
Desde la perspectiva del flujo de capital global, se observa una clara tendencia de "des-emergentización" en la primera mitad de 2025. En el segundo trimestre, la salida neta de fondos de bonos de mercados emergentes alcanzó el nivel más alto desde marzo de 2020, mientras que el mercado norteamericano recibió una entrada neta de fondos relativamente estable debido a la atracción de la ETF. El mercado de criptomonedas no ha estado completamente al margen. Aunque los flujos netos acumulados de Bitcoin ETF han superado los 6 mil millones de dólares en el año, mostrando un rendimiento sólido, los tokens de mediana y baja capitalización y los derivados DeFi han experimentado una gran salida de fondos, lo que indica claramente signos de "estratificación de activos" y "rotación estructural".
Tres, la reconfiguración del sistema dólar y la evolución sistémica del papel de la encriptación
Desde 2020, el sistema del dólar está experimentando una reestructuración estructural profunda. Esta reestructuración no proviene de la evolución de las herramientas de pago en el ámbito técnico, sino de la inestabilidad del orden monetario global y de la crisis de confianza en las instituciones. En el contexto de una fuerte volatilidad macroeconómica en la primera mitad de 2025, la hegemonía del dólar enfrenta tanto un desequilibrio en la coherencia de las políticas internas como desafíos externos a su autoridad en experimentos monetarios multilaterales, cuya trayectoria evolutiva afecta profundamente la posición del mercado de criptomonedas, la lógica regulatoria y el papel de los activos.
Desde la perspectiva de la estructura interna, el mayor problema que enfrenta el sistema de crédito en dólares es la "erosión de la lógica de anclaje de la política monetaria". En los últimos diez años, la Reserva Federal, como gestora independiente del objetivo de inflación, ha tenido una lógica política clara y predecible. Sin embargo, en 2025, esta lógica está siendo gradualmente erosionada por la combinación de "fuerte fiscal - débil banco central". El gobierno se está reconfigurando con una estrategia de "prioridad fiscal", cuyo núcleo es utilizar la posición dominante del dólar a nivel global para exportar la inflación interna, lo que indirectamente impulsa a la Reserva Federal a ajustar su trayectoria política en función del ciclo fiscal.
La manifestación más intuitiva de esta política fragmentada es el fortalecimiento continuo por parte del Ministerio de Hacienda de la ruta de internacionalización del dólar, mientras se eluden las herramientas tradicionales de política monetaria. Por ejemplo, el "Marco Estratégico de Stablecoins Conformes" propuesto en mayo de 2025 apoya explícitamente la realización de la fuga global de activos en dólares a través de la emisión en cadena en redes Web3. Detrás de este marco se refleja la intención de la evolución de la "máquina financiera del estado" del dólar hacia una "plataforma tecnológica estatal"; su esencia es moldear la "capacidad de expansión monetaria distribuida" del dólar digital a través de una nueva infraestructura financiera, permitiendo que el dólar continúe proporcionando liquidez a los mercados emergentes sin necesidad de que el banco central expanda su balance.
Sin embargo, esta estrategia también ha generado preocupaciones en el mercado sobre la "desaparición de la frontera entre las monedas fiduciarias y los activos encriptados". A medida que la dominancia de los stablecoins en dólares en el comercio de criptomonedas sigue aumentando, su naturaleza ha evolucionado gradualmente hacia "una representación digital del dólar" en lugar de "activos nativos encriptados". En consecuencia, los activos encriptados puramente descentralizados como Bitcoin y Ethereum han visto disminuir su peso relativo en el sistema de transacciones. De finales de 2024 a Q2 de 2025, la proporción de pares de comercio de USDT en el volumen total de transacciones en las principales plataformas de comercio global pasó del 61% al 72%, mientras que la proporción de comercio al contado de BTC y ETH ha disminuido. Este cambio en la estructura de liquidez marca que el sistema de crédito del dólar ha "devorado" parcialmente el mercado de criptomonedas, y los stablecoins en dólares se han convertido en una nueva fuente de riesgo sistémico en el mundo encriptado.
Al mismo tiempo, desde la perspectiva de los desafíos externos, el sistema del dólar enfrenta pruebas continuas de mecanismos monetarios multilaterales. Varios países están acelerando la promoción de la liquidación en moneda local, acuerdos de compensación bilateral y la construcción de redes de activos digitales vinculados a productos, con el objetivo de debilitar la posición monopólica del dólar en la liquidación global y promover la implementación gradual de un sistema de "desdolarización". Aunque actualmente no se ha formado una red efectiva para contrarrestar el sistema SWIFT, su estrategia de "sustitución de infraestructura" ya ha ejercido presión marginal sobre la red de liquidación del dólar.
Bitcoin, como una variable especial en este esquema, está pasando de ser una "herramienta de pago descentralizada" a convertirse en un "activo de refugio contra la inflación sin soberanía" y un "canal de liquidez bajo las fallas del sistema". En la primera mitad de 2025, Bitcoin se utiliza en gran medida en algunos países y regiones para cubrir la devaluación de la moneda local y el control de capital, especialmente en países con inestabilidad monetaria, donde la combinación de BTC y USDT forma una "red de dolarización de base" que se convierte en una herramienta importante para que los residentes cubran riesgos y realicen almacenamiento de valor. Los datos en cadena muestran que, solo en el primer trimestre de 2025, el total de BTC que fluyó hacia América Latina y África a través de plataformas de comercio peer-to-peer creció más del 40% en comparación interanual, lo que evade significativamente la regulación del banco central del país y refuerza la función de Bitcoin como "activo de refugio gris".
Pero es necesario estar alerta, ya que debido a que Bitcoin y Ethereum aún no han sido incorporados en el sistema lógico de crédito nacional, su capacidad de resistencia ante "pruebas de presión política" sigue siendo insuficiente. En la primera mitad de 2025, las autoridades de regulación aumentarán la intensidad de la supervisión sobre los proyectos DeFi y los protocolos de transacciones anónimas, especialmente en relación con los puentes intercadena y los nodos de retransmisión MEV dentro del ecosistema Layer 2, lo que llevará a algunos fondos a optar por salir de los protocolos DeFi de alto riesgo. Esto refleja que, en el proceso de que el sistema del dólar vuelva a dominar la narrativa del mercado, los activos encriptados deben redefinir su papel, ya no siendo un símbolo de "independencia financiera", sino más propensos a convertirse en herramientas de "fusión financiera" o "cobertura institucional".
El papel de Ethereum también está cambiando. A medida que avanza hacia una doble evolución en la capa de verificación de datos y la capa de ejecución financiera, sus funciones subyacentes están evolucionando gradualmente de "plataforma de contratos inteligentes" a "plataforma de acceso institucional". Ya sea la emisión de activos RWA en la cadena o el despliegue de stablecoins a nivel gubernamental/empresarial, cada vez más actividades incorporarán Ethereum en su arquitectura de cumplimiento. Las instituciones financieras tradicionales han desplegado infraestructura en cadenas compatibles con Ethereum, formando una "capa institucional" con el ecosistema nativo de DeFi. Esto significa que la posición institucional de Ethereum como un "middleware financiero" ha sido reestructurada, y su dirección futura no depende del "nivel de descentralización", sino del "nivel de compatibilidad institucional".
El sistema del dólar está volviendo a dominar el mercado de activos digitales a través de tres caminos: la externalización tecnológica, la integración institucional y la penetración regulatoria. Su objetivo no es eliminar los activos encriptados, sino hacer que se conviertan en componentes integrados del "mundo del dólar digital". El Bitcoin, Ethereum, las monedas estables y los activos RWA serán reclasificados, revalorizados y regulados nuevamente, constituyendo finalmente un "sistema del dólar global 2.0" anclado en el dólar y caracterizado por liquidaciones en cadena. En este sistema, los verdaderos activos encriptados ya no son "rebeldes", sino "arbitrajistas del área gris institucional". La lógica de inversión futura ya no será solo "la descentralización trae una reevaluación de valor", sino "quien pueda integrar la estructura de reconstrucción del dólar, quien poseerá los beneficios institucionales".
Cuatro, Perspectiva de datos en cadena: Nuevos cambios en la estructura de fondos y el comportamiento de los usuarios
En la primera mitad de 2025, los datos en cadena presentan una compleja imagen de "sedimentación estructural entrelazada con una recuperación marginal". La proporción de tenedores a largo plazo (LTH) de Bitcoin ha alcanzado nuevamente un punto máximo histórico, la estructura de suministro de stablecoins ha mostrado una notable recuperación, y el ecosistema DeFi, aunque ha recuperado su actividad, aún muestra una fuerte contención de riesgos. Detrás de estos indicadores se refleja la naturaleza de la emoción de los inversores oscilando entre la aversión al riesgo y la exploración, así como el proceso de reestructuración de la estructura de capital del mercado, altamente sensible a los cambios en el ritmo de las políticas.
Primero, la señal estructural más representativa proviene del aumento continuo en la proporción de tenedores a largo plazo en la cadena de Bitcoin. Hasta junio de 2025, más del 70% de Bitcoin no se ha movido en la cadena durante más de 12 meses, alcanzando un máximo histórico. La tendencia de aumento continuo en la tenencia de LTH no solo indica que la confianza de los inversores a largo plazo en el mercado no ha sido sacudida, sino que también representa una contracción de la oferta circulante, proporcionando un soporte potencial para el precio. Según los datos, la curva de distribución del tiempo de tenencia de Bitcoin está "desplazándose hacia la derecha", con cada vez más monedas en la cadena siendo bloqueadas durante periodos de 2, 3 años o más. Este comportamiento ya no es solo una manifestación del sentimiento de los "acumuladores de monedas", sino que implica que el capital estructural, especialmente las oficinas familiares, organismos de pensiones y otros fondos tradicionales, comienza a dominar la lógica de distribución de BTC en la cadena. Correspondientemente, la actividad a corto plazo ha disminuido notablemente. La frecuencia de transacciones en la cadena ha disminuido, y el indicador de Coin Days Destroyed (días de monedas destruidos) ha seguido cayendo, lo que confirma aún más la tendencia del comportamiento del mercado de "juegos de alta frecuencia" a "asignación a largo plazo".
Esta sedimentación estructural también se alinea profundamente con los patrones de comportamiento institucional. A partir del análisis de carteras multifirma y la distribución de entidades en la cadena, se infiere que actualmente más del 35% de los bitcoins están controlados por direcciones de grandes montos altamente concentradas y que no se han movido durante mucho tiempo. Estas direcciones presentan características de concentración claras, la mayoría de las cuales completaron su acumulación en el cuarto trimestre de 2023 o a principios de 2024, y luego permanecieron en estado de silencio durante mucho tiempo. Su existencia ha cambiado el patrón de especulación basado en criptomonedas que solía estar dominado por inversores minoristas, estableciendo la base para una nueva ronda de conversión entre toros y osos.
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Informe semestral del mercado de criptomonedas 2025: Oportunidades estructurales bajo la fluctuación macroeconómica global
Revisión del mercado de criptomonedas en la primera mitad de 2025 y perspectivas para la segunda mitad
I. Resumen
En la primera mitad de 2025, el entorno macroeconómico global sigue siendo altamente incierto. La Reserva Federal ha pausado varias veces las reducciones de tasas, lo que refleja que la política monetaria ha entrado en una fase de espera, mientras que el aumento de aranceles y la escalada de conflictos geopolíticos han desgarrado aún más la estructura de la aversión al riesgo global. Desde cinco dimensiones macroeconómicas, combinando datos en cadena y modelos financieros, se evalúan sistemáticamente las oportunidades y riesgos del mercado de encriptación en la segunda mitad del año y se proponen tres tipos de estrategias clave, cubriendo Bitcoin, el ecosistema de stablecoins y el sector de derivados DeFi.
II. Revisión del entorno macroeconómico global (primer semestre de 2025)
En la primera mitad de 2025, el panorama macroeconómico global continuará presentando múltiples características de incertidumbre. La falta de crecimiento, la inflación persistente, la ambigüedad en las perspectivas de política monetaria y la creciente tensión geopolítica han llevado a una contracción significativa en la aversión al riesgo global. La lógica dominante de la macroeconomía y la política monetaria ha evolucionado gradualmente de "control de la inflación" a "juego de señales" y "gestión de expectativas". El mercado de criptomonedas, como un campo de avanzada para los cambios en la liquidez global, también muestra en este entorno complejo una típica volatilidad sincrónica.
En cuanto a la trayectoria de la política de la Reserva Federal, a principios de 2025, el mercado había alcanzado un consenso sobre "tres recortes de tasas en el transcurso del año". Sin embargo, esta expectativa optimista se vio rápidamente afectada en la reunión del FOMC de marzo. Aunque la Reserva Federal no tomó ninguna medida, enfatizó que "la inflación aún no ha alcanzado el objetivo" y advirtió que el mercado laboral sigue siendo ajustado. Posteriormente, los índices de precios al consumidor (CPI) de abril y mayo superaron las expectativas, y la tasa de crecimiento interanual del PCE subyacente se mantuvo por encima del 3%, lo que refleja que "la inflación pegajosa" no ha disminuido como se esperaba.
Frente a la presión del aumento de la inflación, la Reserva Federal eligió nuevamente "pausar las bajadas de tasas" en la reunión de junio y redujo su expectativa de recortes de tasas para el año. Más crucial aún, la Reserva Federal insinuó que ha entrado en la fase de "dependencia de datos + observación y espera", lo que ha aumentado significativamente la incertidumbre sobre la trayectoria de la política.
Por otro lado, la primera mitad de 2025 presenta un fenómeno de "agudización de la división" entre la política fiscal y la política monetaria. El gobierno impulsa el proceso legislativo para la regulación de las stablecoins en dólares, intentando aprovechar la externalización de activos en dólares a través de productos de Web3 y tecnología financiera, logrando inyecciones de liquidez sin una expansión evidente del balance. Estas medidas de estabilización del crecimiento, dominadas por la fiscalidad, se desenganchan claramente de la dirección de la política monetaria de la Reserva Federal de "mantener altas las tasas de interés para controlar la inflación", lo que hace que la gestión de las expectativas del mercado se vuelva cada vez más compleja.
La política arancelaria se ha convertido en una de las variables dominantes del mercado global en la primera mitad del año. Desde mediados de abril, Estados Unidos ha impuesto una nueva ronda de aranceles que varían entre el 30% y el 50% sobre productos tecnológicos de alta gama, vehículos eléctricos y equipos de energía limpia provenientes de China. Estas medidas no son simplemente una represalia comercial, sino que tienen más la intención de generar presión inflacionaria a través de la "inflación importada", lo que obligaría a una reducción de tasas. En este contexto, la contradicción entre la estabilidad del crédito del dólar y el ancla de las tasas de interés ha salido a la luz.
Al mismo tiempo, el calentamiento geopolítico continuo ha tenido un impacto sustancial en el sentimiento del mercado. A principios de junio, Ucrania destruyó bombarderos estratégicos rusos, lo que provocó un intenso intercambio de palabras entre la OTAN y Rusia; en la región de Oriente Medio, la infraestructura petrolera clave de Arabia Saudita fue objeto de un supuesto ataque a finales de mayo, lo que llevó a una deterioración en las expectativas de suministro de petróleo crudo y el precio del crudo Brent superó los 130 dólares. Estos eventos geopolíticos no han impulsado un aumento sincronizado de Bitcoin y Ethereum, sino que han llevado a una gran afluencia de fondos de refugio hacia el oro y el mercado de bonos del Tesoro a corto plazo. Este cambio en la estructura del mercado indica que Bitcoin, en esta etapa, se considera más como un producto de negociación de liquidez, en lugar de un activo de refugio macroeconómico.
Desde la perspectiva del flujo de capital global, se observa una clara tendencia de "des-emergentización" en la primera mitad de 2025. En el segundo trimestre, la salida neta de fondos de bonos de mercados emergentes alcanzó el nivel más alto desde marzo de 2020, mientras que el mercado norteamericano recibió una entrada neta de fondos relativamente estable debido a la atracción de la ETF. El mercado de criptomonedas no ha estado completamente al margen. Aunque los flujos netos acumulados de Bitcoin ETF han superado los 6 mil millones de dólares en el año, mostrando un rendimiento sólido, los tokens de mediana y baja capitalización y los derivados DeFi han experimentado una gran salida de fondos, lo que indica claramente signos de "estratificación de activos" y "rotación estructural".
Tres, la reconfiguración del sistema dólar y la evolución sistémica del papel de la encriptación
Desde 2020, el sistema del dólar está experimentando una reestructuración estructural profunda. Esta reestructuración no proviene de la evolución de las herramientas de pago en el ámbito técnico, sino de la inestabilidad del orden monetario global y de la crisis de confianza en las instituciones. En el contexto de una fuerte volatilidad macroeconómica en la primera mitad de 2025, la hegemonía del dólar enfrenta tanto un desequilibrio en la coherencia de las políticas internas como desafíos externos a su autoridad en experimentos monetarios multilaterales, cuya trayectoria evolutiva afecta profundamente la posición del mercado de criptomonedas, la lógica regulatoria y el papel de los activos.
Desde la perspectiva de la estructura interna, el mayor problema que enfrenta el sistema de crédito en dólares es la "erosión de la lógica de anclaje de la política monetaria". En los últimos diez años, la Reserva Federal, como gestora independiente del objetivo de inflación, ha tenido una lógica política clara y predecible. Sin embargo, en 2025, esta lógica está siendo gradualmente erosionada por la combinación de "fuerte fiscal - débil banco central". El gobierno se está reconfigurando con una estrategia de "prioridad fiscal", cuyo núcleo es utilizar la posición dominante del dólar a nivel global para exportar la inflación interna, lo que indirectamente impulsa a la Reserva Federal a ajustar su trayectoria política en función del ciclo fiscal.
La manifestación más intuitiva de esta política fragmentada es el fortalecimiento continuo por parte del Ministerio de Hacienda de la ruta de internacionalización del dólar, mientras se eluden las herramientas tradicionales de política monetaria. Por ejemplo, el "Marco Estratégico de Stablecoins Conformes" propuesto en mayo de 2025 apoya explícitamente la realización de la fuga global de activos en dólares a través de la emisión en cadena en redes Web3. Detrás de este marco se refleja la intención de la evolución de la "máquina financiera del estado" del dólar hacia una "plataforma tecnológica estatal"; su esencia es moldear la "capacidad de expansión monetaria distribuida" del dólar digital a través de una nueva infraestructura financiera, permitiendo que el dólar continúe proporcionando liquidez a los mercados emergentes sin necesidad de que el banco central expanda su balance.
Sin embargo, esta estrategia también ha generado preocupaciones en el mercado sobre la "desaparición de la frontera entre las monedas fiduciarias y los activos encriptados". A medida que la dominancia de los stablecoins en dólares en el comercio de criptomonedas sigue aumentando, su naturaleza ha evolucionado gradualmente hacia "una representación digital del dólar" en lugar de "activos nativos encriptados". En consecuencia, los activos encriptados puramente descentralizados como Bitcoin y Ethereum han visto disminuir su peso relativo en el sistema de transacciones. De finales de 2024 a Q2 de 2025, la proporción de pares de comercio de USDT en el volumen total de transacciones en las principales plataformas de comercio global pasó del 61% al 72%, mientras que la proporción de comercio al contado de BTC y ETH ha disminuido. Este cambio en la estructura de liquidez marca que el sistema de crédito del dólar ha "devorado" parcialmente el mercado de criptomonedas, y los stablecoins en dólares se han convertido en una nueva fuente de riesgo sistémico en el mundo encriptado.
Al mismo tiempo, desde la perspectiva de los desafíos externos, el sistema del dólar enfrenta pruebas continuas de mecanismos monetarios multilaterales. Varios países están acelerando la promoción de la liquidación en moneda local, acuerdos de compensación bilateral y la construcción de redes de activos digitales vinculados a productos, con el objetivo de debilitar la posición monopólica del dólar en la liquidación global y promover la implementación gradual de un sistema de "desdolarización". Aunque actualmente no se ha formado una red efectiva para contrarrestar el sistema SWIFT, su estrategia de "sustitución de infraestructura" ya ha ejercido presión marginal sobre la red de liquidación del dólar.
Bitcoin, como una variable especial en este esquema, está pasando de ser una "herramienta de pago descentralizada" a convertirse en un "activo de refugio contra la inflación sin soberanía" y un "canal de liquidez bajo las fallas del sistema". En la primera mitad de 2025, Bitcoin se utiliza en gran medida en algunos países y regiones para cubrir la devaluación de la moneda local y el control de capital, especialmente en países con inestabilidad monetaria, donde la combinación de BTC y USDT forma una "red de dolarización de base" que se convierte en una herramienta importante para que los residentes cubran riesgos y realicen almacenamiento de valor. Los datos en cadena muestran que, solo en el primer trimestre de 2025, el total de BTC que fluyó hacia América Latina y África a través de plataformas de comercio peer-to-peer creció más del 40% en comparación interanual, lo que evade significativamente la regulación del banco central del país y refuerza la función de Bitcoin como "activo de refugio gris".
Pero es necesario estar alerta, ya que debido a que Bitcoin y Ethereum aún no han sido incorporados en el sistema lógico de crédito nacional, su capacidad de resistencia ante "pruebas de presión política" sigue siendo insuficiente. En la primera mitad de 2025, las autoridades de regulación aumentarán la intensidad de la supervisión sobre los proyectos DeFi y los protocolos de transacciones anónimas, especialmente en relación con los puentes intercadena y los nodos de retransmisión MEV dentro del ecosistema Layer 2, lo que llevará a algunos fondos a optar por salir de los protocolos DeFi de alto riesgo. Esto refleja que, en el proceso de que el sistema del dólar vuelva a dominar la narrativa del mercado, los activos encriptados deben redefinir su papel, ya no siendo un símbolo de "independencia financiera", sino más propensos a convertirse en herramientas de "fusión financiera" o "cobertura institucional".
El papel de Ethereum también está cambiando. A medida que avanza hacia una doble evolución en la capa de verificación de datos y la capa de ejecución financiera, sus funciones subyacentes están evolucionando gradualmente de "plataforma de contratos inteligentes" a "plataforma de acceso institucional". Ya sea la emisión de activos RWA en la cadena o el despliegue de stablecoins a nivel gubernamental/empresarial, cada vez más actividades incorporarán Ethereum en su arquitectura de cumplimiento. Las instituciones financieras tradicionales han desplegado infraestructura en cadenas compatibles con Ethereum, formando una "capa institucional" con el ecosistema nativo de DeFi. Esto significa que la posición institucional de Ethereum como un "middleware financiero" ha sido reestructurada, y su dirección futura no depende del "nivel de descentralización", sino del "nivel de compatibilidad institucional".
El sistema del dólar está volviendo a dominar el mercado de activos digitales a través de tres caminos: la externalización tecnológica, la integración institucional y la penetración regulatoria. Su objetivo no es eliminar los activos encriptados, sino hacer que se conviertan en componentes integrados del "mundo del dólar digital". El Bitcoin, Ethereum, las monedas estables y los activos RWA serán reclasificados, revalorizados y regulados nuevamente, constituyendo finalmente un "sistema del dólar global 2.0" anclado en el dólar y caracterizado por liquidaciones en cadena. En este sistema, los verdaderos activos encriptados ya no son "rebeldes", sino "arbitrajistas del área gris institucional". La lógica de inversión futura ya no será solo "la descentralización trae una reevaluación de valor", sino "quien pueda integrar la estructura de reconstrucción del dólar, quien poseerá los beneficios institucionales".
Cuatro, Perspectiva de datos en cadena: Nuevos cambios en la estructura de fondos y el comportamiento de los usuarios
En la primera mitad de 2025, los datos en cadena presentan una compleja imagen de "sedimentación estructural entrelazada con una recuperación marginal". La proporción de tenedores a largo plazo (LTH) de Bitcoin ha alcanzado nuevamente un punto máximo histórico, la estructura de suministro de stablecoins ha mostrado una notable recuperación, y el ecosistema DeFi, aunque ha recuperado su actividad, aún muestra una fuerte contención de riesgos. Detrás de estos indicadores se refleja la naturaleza de la emoción de los inversores oscilando entre la aversión al riesgo y la exploración, así como el proceso de reestructuración de la estructura de capital del mercado, altamente sensible a los cambios en el ritmo de las políticas.
Primero, la señal estructural más representativa proviene del aumento continuo en la proporción de tenedores a largo plazo en la cadena de Bitcoin. Hasta junio de 2025, más del 70% de Bitcoin no se ha movido en la cadena durante más de 12 meses, alcanzando un máximo histórico. La tendencia de aumento continuo en la tenencia de LTH no solo indica que la confianza de los inversores a largo plazo en el mercado no ha sido sacudida, sino que también representa una contracción de la oferta circulante, proporcionando un soporte potencial para el precio. Según los datos, la curva de distribución del tiempo de tenencia de Bitcoin está "desplazándose hacia la derecha", con cada vez más monedas en la cadena siendo bloqueadas durante periodos de 2, 3 años o más. Este comportamiento ya no es solo una manifestación del sentimiento de los "acumuladores de monedas", sino que implica que el capital estructural, especialmente las oficinas familiares, organismos de pensiones y otros fondos tradicionales, comienza a dominar la lógica de distribución de BTC en la cadena. Correspondientemente, la actividad a corto plazo ha disminuido notablemente. La frecuencia de transacciones en la cadena ha disminuido, y el indicador de Coin Days Destroyed (días de monedas destruidos) ha seguido cayendo, lo que confirma aún más la tendencia del comportamiento del mercado de "juegos de alta frecuencia" a "asignación a largo plazo".
Esta sedimentación estructural también se alinea profundamente con los patrones de comportamiento institucional. A partir del análisis de carteras multifirma y la distribución de entidades en la cadena, se infiere que actualmente más del 35% de los bitcoins están controlados por direcciones de grandes montos altamente concentradas y que no se han movido durante mucho tiempo. Estas direcciones presentan características de concentración claras, la mayoría de las cuales completaron su acumulación en el cuarto trimestre de 2023 o a principios de 2024, y luego permanecieron en estado de silencio durante mucho tiempo. Su existencia ha cambiado el patrón de especulación basado en criptomonedas que solía estar dominado por inversores minoristas, estableciendo la base para una nueva ronda de conversión entre toros y osos.