La quema de XRP consiste en destruir una cantidad determinada de tokens XRP con el fin de reducir el suministro en circulación, un proceso que puede afectar al precio del token. El XRP Ledger (XRPL) de Ripple incorpora un mecanismo deflacionario: en cada transacción se elimina una pequeña fracción de XRP (normalmente 0,00001 XRP) para evitar el spam y mejorar la eficiencia de la red.
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De cara a mediados de 2025, se prevé que el XRPL elimine cerca de 985 500 XRP al año, con una media de entre 3 000 y 4 000 tokens diarios. La aparición de los automated market makers (AMM) ha acelerado este ritmo de reducción. Por cada nuevo fondo de liquidez se aplica una comisión de 2 XRP que se quema posteriormente.
Recientemente se ha rumoreado que Ripple podría eliminar el 10 % del suministro total de XRP, es decir, cerca de 1 000 millones de tokens. Aunque no se ha confirmado oficialmente, esta medida reduciría sustancialmente el suministro en circulación y repercutiría en el precio.
Los analistas consideran que, si el suministro de XRP disminuye y la demanda se mantiene constante, el precio podría experimentar un incremento. Por ejemplo, Gemini estima que una reducción a la mitad del suministro podría llevar el precio hasta unos 6,12 US$. En un escenario de mayor optimismo, la cotización podría alcanzar los 15,30 US$.
El mecanismo deflacionario de XRP y las futuras estrategias de quema pueden influir sobre el valor del token. Sin embargo, los movimientos de precios a largo plazo dependen de factores como la demanda del mercado, los avances tecnológicos y el marco regulatorio. Es recomendable que quienes invierten en XRP vigilen estos aspectos para tomar decisiones informadas.